La llegada a Alicante de Fun Academy, la «spin off» dedicada el desarrollo de programas educativos de los creadores de Angry Birds que se ha instalado en el ULab, no es simple casualidad. Los elevados costes, la competencia por captar mano de obra cualificada, que provoca frecuentes robos de empleados entre compañías, e, incluso, la carestía de profesionales está provocando que muchas compañías tecnológicas busquen emplazamientos alternativos para sus nuevos equipos de desarrolladores, o que los propios emprendedores analicen destinos menos saturados para iniciar su empresa. Una oportunidad para lugares como Alicante, que disfrutan de una buena calidad de vida, buenas infraestructuras y profesionales bien formados, pero donde la economía digital aún tiene mucho camino por recorrer.

«No es algo aislado. Me llaman muchas empresas que quieren montar nuevos equipos y que barajan Alicante como una de las opciones», apunta el cofundador y CEO de Fixr.com y uno de los más destacados emprendedores de la provincia, Andrés Torrubia. «Las compañías se han dado cuenta de que no todo tiene que ocurrir en un solo sitio, que se puede trabajar en distintas ubicaciones, y en los ecosistemas líderes empieza a haber muchos problemas de costes», apunta Torrubia, que destaca el caso del área de Silicon Valley y San Francisco, donde la competencia entre firmas ha disparado los salarios de ingenieros o programadores y esto, a su vez, ha generado una hiperinflación en el sector inmobiliario local.

«No se trata de competir en precios, porque entonces todos se irían a Bangalore, a la India, pero sí de tener unos costes competitivos, ofreciendo al mismo tiempo un buen nivel de vida. Y aquí, en Alicante, aunque los salarios sean más bajos, al final el poder adquisitivo que le queda al trabajador es mayor porque el coste de la vida también es más barato», explica el emprendedor.

Por ejemplo, en comparación con Dublín o Helsinki, dos de los centros más pujantes de la economía digital en Europa, los salarios medios en la provincia no llegan ni a la mitad, pero es que los alquileres apenas suponen un tercio o una cuarta parte de lo que se paga en estas urbes, como se puede comprobar en diversas webs como Numbeo, donde los usuarios comparten información sobre el coste de la vida.

Equipos más pequeños

Otro de los cambios que puede favorecer la llegada de startup o compañías tecnológicas a la provincia es que ahora la tecnología «permite hacer más con menos. Para lo que antes necesitabas un equipo de 30 personas, ahora puedes conseguirlo con cinco o diez», lo que también facilita la dispersión de los equipos, señala Torrubia. El emprendedor es uno de los miembros de la asociación Alicantec, que pretende promover la sociedad del conocimiento en la provincia y que tiene entre sus objetivos prioritarios, precisamente, atraer nuevas compañías y nómadas digitales -profesionales que pueden trabajar desde cualquier punto del planeta- a la zona.

Su presidente, Andrés Pedreño, asegura rotundo que Alicante y Málaga son las dos provincias españolas con mayor potencial para captar estas startup y empresas en expansión. «Sólo tenemos que ubicarnos en el mapa. Hace ya mucho tiempo que los jubilados europeos o los funcionarios de la EUIPO saben que en la provincia se vive muy bien. Ahora debemos convencer a los jóvenes, a los emprendedores, de que también es un buen lugar para trabajar», apunta el exrector de la UA.

Además del clima, de una amplísima oferta inmobiliaria a un precio accesible y de un buen nivel de vida, el gran elemento diferencial de Alicante es, en su opinión, la existencia de un aeropuerto con conexiones a toda Europa y, sobre todo, con rutas directas a Londres, Amsterdam y Francfort, los tres «hubs» desde los que se puede volar a todo el mundo.

A ello hay que sumar una infraestructura de fibra óptica más que decente - «aunque la conectividad podría mejorar con un punto neutro», recalca- y la existencia de unas universidades de las que salen profesionales «con una buena formación de base».

La oportunidad del Brexit

BrexitPedreño señala que también el Brexit puede suponer una oportunidad para atraer a compañías que barajaban su implantación en alguna de las ciudades de tamaño medio del Reino Unido que habían apostado por la economía digital, como Bristol, y que ahora se verán perjudicadas por la salida de su país de la UE.

Por su parte, el catedrático de Organización de Empresas de la Universidad Miguel Hernández, José María Gómez Gras, destaca la importancia de contar también con un importante ecosistema digital autóctono, en el que las nuevas firmas que lleguen puedan establecer relaciones con otros profesionales o acceder a la financiación que necesitan o a nueva formación para seguir creciendo. En este sentido, considera fundamental iniciativas como la del parque científico de la propia UMH o la proliferación de espacios de coworking, como el citado ULab.

En cuanto a las mejoras necesarias para favorecer la llegada de startup, todos coinciden en pedir a la Administración que facilite las cosas. Es decir, que reduzca las cargas burocráticas y actualice algunas legislaciones que limitan la actividad de estas firmas. Por ejemplo, la normativa municipal de Alicante permite que un despacho profesional se instale casi en cualquier piso de la ciudad, pero no que lo haga una compañía tecnológica, que es igualmente inocua. En suma, basta con no entorpecer.