Desde el pasado viernes se han detectado más de 200.000 ordenadores infectados con el virus WannaCry en más de 150 países, en el que ya es uno de los mejor planificados ataques informáticos que se recuerdan. Este ataque, que aprovecha una vulnerabilidad presente en diferentes versiones del sistema operativo Windows, secuestra el ordenador infectado y encripta -codifica- todo su contenido, de forma que únicamente es desbloqueado mediante el pago de un rescate o a través del borrado completo del contenido del disco duro. Esa encriptación solo se puede superar mediante un código de desbloqueo que -supuestamente- llega al propietario del sistema tras haber pagado un rescate mediante la moneda virtual Bitcoin.

Aunque pueda parecer una buena solución, casi todos los expertos en ciberseguridad del planeta coinciden en que pagar no es en absoluto garantía de éxito. Todo lo contrario: hay muchas posibilidades de que los hackers lo vean como una oportunidad de obtener todavía más beneficios.

Diferentes expertos en seguridad informática de todo el mundo ya han avisado de que una segunda oleada podría llegar a lo largo de los próximos días, por lo que es conveniente seguir una serie de pautas para evitar que los equipos informáticos se infecten. Para ello no solo es fundamental tener un sistema operativo actualizado con los últimos parches de seguridad de Microsoft, sino también un antivirus igualmente actualizado.

Usar el sentido común

Tanto si se trata de una empresa como de un particular, el sentido común debe imperar a la hora de abrir un correo electrónico cuya fuente es sospechosa. Campañas de spam y phishing son las vías más habituales de contagio, y es fundamental formar a los empleados de las empresas para que aprendan a detectar correos fraudulentos. Facturas eléctricas exageradamente altas, correos de entidades bancarias avisando de un descubierto o un recibo impagado, premios de tíos en las américas o bellas rusas que se han enamorado perdidamente del receptor del correo son solo algunas de las formas en las que se inician estas pandemias digitales.

El antivirus, siempre al día

Huelga decir que para un usuario de Windows, el antivirus es un apéndice del sistema. Pese a que Windows 10 ya incorpora su propio sistema de seguridad -Windows Defender-, nunca está de más tener un sistema de terceros. Pero conviene tener presente que un antivirus es tan eficaz como amplia es su base de datos. Esto significa que si se tiene una versión pirateada, con una base de datos anticuada, el antivirus no sirve absolutamente para nada. Bueno, sí: sirve para ralentizar el ordenador.

Actualizar Windows siempre que lo solicite

Es fundamental tener actualizado el sistema operativo Windows. El ataque que se está prolongando desde el viernes aprovechó una vulnerabilidad del sistema operativo más extendido en el mundo que ya había sido reparada el pasado 14 de marzo. Esto significa que todos los ordenadores Windows que se actualizan puntualmente tienen menos probabilidades de ser infectados. Atendiendo a la fecha del parche de Microsoft, el 14 de marzo, estamos ante una curiosa situación: casi dos meses después grandes corporaciones del planeta no tenían todavía sus equipos acualizados.

Tener siempre una copia de seguridad más o menos reciente

Si en el peor de los casos el ordenador es infectado, solo quedan dos opciones: pagar el rescate o borrar el disco duro. La primera opción es poco aconsejable ya que tal y como indican la mayoría de expertos, el pago no supone una garantía de que liberen el ordenador secuestrado. La segunda opción es del todo viable, recomendable y mucho más económica. Siempre y cuando tengamos una copia de seguridad del sistema. Un disco duro USB 3.0 de 1 Tb puede costar unos 50 euros.