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Pescar en río revuelto

Con Coepa en la UVI y en pleno debate patronal, la Cámara lucha por mantenerse como representante de todo el empresariado alicantino

Pescar en río revuelto HÉCTOR FUENTES

Hubo un tiempo en que ser presidente de cualquier institución empresarial de Alicante otorgaba automáticamente al titular el estatus de voz autorizada. Entre alguna de estas organizaciones, todavía queda alguna que ha logrado conservar intactos su credibilidad y prestigio tras atravesar el desierto de la peor crisis económica de la historia, el apelotonamiento de casos de corrupción en las administraciones públicas, el desprestigio general de las instituciones y el desmoronamiento de algunos pilares que históricamernte han sustentado la fortaleza de la provincia de Alicante, a saber: la CAM, el antaño poderoso poder valenciano en Madrid o el negocio del ladrillo.

Aquello hizo bluf. Las circunstancias se han llevado por delante el poder financiero y la influencia política, pero también la representatividad empresarial al más alto nivel. Los años de gloria del Partido Popular en la Generalitat envolvieron a la Confederación de Organizaciones Empresariales de la Provincia de Alicante (Coepa) en un manto de poder ficticio que fue desapareciendo conforme se debilitaban los gobiernos con los que se alió. El predecesor de Francisco Gómez en la presidencia de la patronal, Moisés Jiménez, se quejaba al final de su mandato de que el jefe del Consell, Ximo Puig, socialista, no le cogía el teléfono. Al final dimitió.

Pero en aquellos tiempos de douceur politique, con Zaplana y Camps en el cuartel de mando, lo mismo ocurría en la Cámara de Comercio. Uno de sus presidentes entonces, Luis Esteban, lo mismo valía para representar a la Cámara de Alicante, que para presidir Terra Mítica, que para meterse en el Hércules. Los propios empresarios acabaron perdiendo el respeto a la institución.

Antonio Fernández Valenzuela, un tipo sospechoso entre el empresariado por haber sido durante años la referencia provincial del PSOE (del PSOE de hace décadas, lejos de la izquierda caviar), logró el beneplácito del cap i casal para tutelar la Cámara de Alicante y acabó granjeándose la confianza del pleno de la organización, que volvía a tener al frente una voz autorizada en la defensa de los intereses de la provincia. Mientras la situación económica de Coepa comenzaba a dar alguna señal de alarma, la Cámara se aseguraba el condumio gracias a que la Ley obligaba a todas la empresas, grandes o pequeñas, a abonar cuotas camerales. La entidad tenía el dinero en el banco y el liderazgo en la cúpula.

Valenzuela se fue y llegó José Enrique Garrigós, criado a cobijo del primero para presidir la institución. Coincidió con la crisis económica y una sede nueva por pagar (el antiguo Palas), y la entidad se quedó de repente sin ingresos fijos al desaparecer la obligatoriedad legal de pagar las cuotas. Los problemas económicos comenzaron para la Cámara y a capear ese temporal se dedicó el empresario turronero durante su mandato. Con menos auctoritas que quien le precedió y menos habilidad política, pero obligado a sacar a la organización del pozo económico, Garrigós enderezó la contabilidad a costa de que la Cámara agudizara la afonía y perdiera relevancia pública. Prolongó su mandato a falta de un gobierno de España que abriera el periodo electoral en las Cámaras y acabó marchándose en cuanto el nerviosismo se extendió entre algunos miembros del pleno.

Desde junio de 2016, Juan Bautista Riera es presidente interino de la Cámara de Comercio de Alicante. Dianense de 71 años, el actual mandatario acaba de anunciar que quiere continuar en el puesto. Ligado a puestos directivos de la institución desde hace más de tres décadas, el empresario puede presumir de conocerse al dedillo todos los entresijos camerales. Ha trabajado a la sombra de más de media docena de presidentes y sobrevivido a predecesores y políticos de la izquierda y la derecha, de modo inversamente proporcional al número de enemigos que semejante trayectoria debería generar.

Esa es su virtud y también su flanco más débil. Riera es a la representación empresarial lo que Vicente del Bosque al mundo del fútbol, la honradez y la honestidad, la corrección y la opinión que sólo se escucha si se le pregunta, nunca una voz más alta que otra, no sea que vaya a molestar. Y (quienes le conocen) dicen que buen gestor.

La carrera electoral por la Presidencia de la Cámara comenzará el próximo octubre. Es un hecho que la organización puede salir ganando en liderazgo y representatividad en mitad del naufragio que vive la patronal Coepa y su batalla empresarial con Valencia. Sea Riera o cualquier otro quien presida la Cámara de Comercio, debe ser consciente de la necesidad de sacar a Alicante de su intrascendencia.

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