«El día que cobras la pensión comes mejor. Luego, intentas llegar a final de mes con legumbres, un poco de carne y boquerón o sardinas, que son más baratos». Esta es, en gran parte, la pauta del menú de la familia de Josefa Martínez, jubilada alicantina de 69 años, cuya pensión apenas supera los 600 euros. Una cuantía que suele ser la «más habitual» entre los retirados de la vida laboral en la provincia, pese a que la media estadística de Alicante se eleva hasta los 903,46 euros mensuales, según los últimos datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social. «Yo digo que las estadísticas son como la gestión de la mentira. Si dicen que entre dos nos comemos dos pollos, quieren decir que yo me como uno. Y no es así. Para llegar a ese promedio de 903 euros, habrá jubilados que cobren mucho de prestación», lanzaba José María Rubio, de 67 años y secretario general de la sección de pensionistas de CC OO en l´Alacantí.
Al igual que muchos trabajadores en activo, la media de los jubilados de la «terreta» no llega a ser mileurista. Y eso que es el colectivo que percibe las cuantías más altas, entre los pensionistas, por vincularse su prestación al periodo de cotización, y que conforma el grueso de perceptores, el 62,7% del total. Más bajo aún es el promedio de la «paga» de las pensiones en la provincia. Se sitúa en los 795,27 euros al mes. Y en ambos casos, el importe se encuentra por debajo de la media autonómica y estatal. La cuantía·media de la jubilación en la Comunidad es casi 63 euros más alta que en Alicante, mientras que la de los retirados españoles, en general, supera los mil euros (1.060,09 €/mes).
«Con esos importes, la vida del jubilado y pensionista, en general, es difícil. Pero no me preocupa tanto la cuantía a nivel individual, como el papel que tiene el abuelo como sostén de muchas familias, de cuya hucha tienen que vivir hijos y nietos. Ahora se ha suavizado un poco la situación, pero durante la crisis ha sido más cruda. Más de un 40% de los hogares ha tenido que salir adelante con la pensión de los abuelos», subraya José María Rubio, que lleva ya varios años jubilado por incapacidad.
Sostén económico de la familia
La última Encuesta de Población Activa (EPA) reflejaba que en Alicante 16.500 hogares con alguno de sus miembros en paro dependían de la pensión de un familiar. Josefa Martínez sabe lo que significa esta situación. Aunque su marido, que trabajaba como funcionario percibe una prestación más alta, «con todo, de nuestra pensión tenemos que vivir cuatro en casa. Mi marido, dos hijos que tengo en paro, uno de 44 años y otro de 28, y yo».
Una buena parte de la prestación se va en alimentación. «Y después de pagar los gastos básicos y el seguro, a final de mes, la cartilla se queda casi al descubierto», añade. «Yo pensé que cuando nos jubiláramos íbamos a estar mejor», subraya Josefa Martínez, quien ,aun así, asegura que «vamos saliendo adelante». Ella trabajaba como limpiadora y se queja de que después de estar 40 años cotizando, «cuando me jubilé la paga que me quedó fue de 500 euros, que con las actualizaciones ha llegado ahora a los 603». Tiene 69 años y se retiró a los 60 «porque mi marido se puso enfermo».
Los ajustes a los que obliga una prestación que no llega a los mil euros son muchos. Lo fundamental es encajar el presupuesto de la cesta de la compra y otros gastos básicos. «Cuando alguien nos dice que ha preparado un viaje a algún sitio, le decimos: "Nosotros, viajes y restaurantes, en casa"».
El copago farmacéutico que aplicó el Gobierno del PP durante la crisis es «otro capítulo que ha tenido incidencia entre el colectivo. Aunque en la Comunidad, la Generalitat reaccionó con la exención para las pensiones bajas y los que tienen más del 65% de incapacidad», añade José María Rubio, aludiendo a una de las primeras medidas que tomó el Gobierno de Ximo Puig.
Pese a las dificultades económicas del colectivo, Rubio asegura que no le preocupa tanto su pensión «como la que tendrán mis hijos o mis nietos. El Ejecutivo tiene que tomar medidas para garantizar el sistema», reclama este jubilado, quien se refiere, asimismo, a «la alta tasa de paro y a los salarios exiguos que se pagan en Alicante» como dos de los factores que inciden en la situación actual. En el conjunto de las pensiones, la prestación de viudedad también es de las más bajas en la provincia. La media, que es de 593,64 euros al mes, es inferior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que se sitúa en 707,60 euros.
