El Gobierno ha elevado su previsión de crecimiento para la economía española al 2,7 % para 2017 y al 2,5 % para 2018, dos y una décima más, respectivamente, en relación con las anteriores estimaciones.

Las previsiones están recogidas en el nuevo cuadro macroeconómico que acompaña a la actualización del Programa de Estabilidad 2017-2020 aprobado hoy en el Consejo de Ministros para su remisión a Bruselas antes de que finalice el mes de abril.

La nueva proyección estima un crecimiento medio anual para estos cuatro años del 2,5 % y una tasa similar para el empleo, lo que permitirá la creación de medio millón de puestos de trabajo anuales y reducir la tasa de paro al 11,2 % a finales de 2020, ha informado el Ministerio de Economía en un comunicado.

Según ha explicado en rueda de prensa el ministro de Economía, Luis de Guindos, el nuevo cuadro macroeconómico implica en términos de empleo que en 2019 se superará la cifra de 20 millones de ocupados y que en 2020 se habrá recuperado todo el empleo perdido durante la crisis al llegar a los 20,5 millones de trabajadores en términos de la Encuesta de Población Activa (EPA).

De esta forma, a lo largo del periodo se habrán recuperado 1.996.000 puestos de trabajo y se habrá reducido el paro en 1.662.000 personas, hasta 2,57 millones a final de 2020, con lo que la tasa de paro bajará del 18,6 % de 2016 al 16,6 % de 2017, al 12,9 % en 2019 y al 11,2 % en 2020.

Previsiones de paro hasta 2020

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"Se trata de previsiones prudentes y realistas", ha insistido De Guindos, al explicar que mantendrán a España a la cabeza del crecimiento entre los países desarrollados y permitirán situar el déficit público por debajo del 3 % del PIB en 2018 con superávit primario (excluyendo los intereses de la deuda pública).

Mayor peso de la demanda interna

Esta revisión al alza está "avalada" por las previsiones más recientes de los organismos internacionales y los analistas privados, y refleja el vigor que sigue manteniendo la economía al inicio de 2017, con un crecimiento en el primer trimestre del 0,8 %.

El ministro ha asegurado que el patrón de crecimiento está equilibrado entre la demanda nacional y la exterior, si bien el mayor peso recaerá sobre la demanda interna (consumo e inversión), que seguirá tirando del crecimiento de la economía.

Del crecimiento del 2,7 % previsto para 2017, 2,2 puntos serán aportados por la demanda nacional y 0,5 puntos por el sector exterior, después de que el consumo privado crezca un 2,6 %; la inversión, un 2,8 %; las exportaciones, un 5,5 %, y las importaciones, un 4,3 %.

El contexto de estas previsiones es de elevada incertidumbre en el plano internacional y se basa en hipótesis como el mantenimiento del tipo de cambio del euro, la estabilidad también en los tipos de interés a corto plazo y un aumento de los precios del petróleo hasta el entorno a los 53 dólares por barril durante todo el periodo de previsión.

El Gobierno prevé ahora que la financiación del Estado se encarezca en 2017 un 21 % respecto al año anterior, cuando hace apenas un mes pronosticaba que se dispararía más del 40 % en el caso de la deuda a diez años.

El nuevo cuadro macroeconómico calcula que el bono a diez años estará de media en el 1,7 % en 2017, por encima del 1,4 % de 2016, pero lejos ya del 2 % que calculaba hace un mes.

En cuanto al barril de petróleo Brent, de referencia en Europa, y acicate para la evolución de la economía, el Gobierno prevé ahora que el precio medio en 2017 sea de 53,5 dólares, frente a los 56,4 dólares que preveía a finales de marzo.