Jugaba en campo rival y lo sabía pero, a pesar de ello, el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana, Salvador Navarro, no dudó ayer en defender hasta la saciedad su propuesta de nueva patronal autonómica que suprime las cuotas de representación provincial para sustituirlas por un mayor protagonismo de las asociaciones sectoriales y las empresas. Durante su intervención en el Foro Club INFORMACIÓN-Universidad de Alicante-Bankia, y ante los máximos representantes de las principales organizaciones empresariales alicantinas, Navarro instó a los presentes a «dejar atrás los viejos modelos que, como se ha demostrado, ya no funcionan» y realizó un llamamiento a la unidad para defender mejor los intereses de la Comunidad y evitar situaciones como la discriminación que sufre la autonomía en los Presupuestos del Estado.

Eso sí, a pesar del tono conciliador y dialogante que utilizó durante toda su intervención, también dejó claro que seguirá adelante con su proyecto sin esperar a nadie. Así, anunció que ya ha iniciado los trámites para que la Generalitat la reconozca como nueva patronal autonómica en sustitución de la desaparecida Cierval -que el juzgado ordenó liquidar de forma urgente la semana pasada-, a pesar de la disputa que mantiene con la alicantina Coepa, que no la reconoce como tal. Una premura que Navarro justificó para «taponar» y evitar que algunas organizaciones alternativas, ajenas a la estructura de Ceoe, se cuelen en las instituciones aprovechando el vacío de poder, en referencia al intento por recuperar el proyecto de L'Empresarial, que agruparía a asociaciones como la Unió de Llauradors o ATA.

En cualquier caso, a nadie se le escapa que este reconocimiento como organización empresarial más representativa de la Comunidad también supone la llave para el acceso a las subvenciones previstas en la Ley de Participación Institucional, aunque el presidente de la CEV señaló en varias ocasiones su deseo de prescindir de las aportaciones públicas y de financiarse casi exclusivamente de las cuotas de sus socios para lograr una patronal «independiente».

Máxima expectación

La presencia como ponente de Salvador Navarro en el desayuno-coloquio celebrado en las instalaciones del restaurante El Maestral había levantado una gran expectación tras los duros enfrentamientos protagonizados en las últimas semanas por la CEV y Coepa, que se niega a integrarse en la nueva patronal autonómica como una asociación más y exige que se le reconozca su representatividad como portavoz del empresariado alicantino, además de garantizarle que dispondrá de ingresos suficientes para cumplir su plan de viabilidad. Un interés que se acrecentó tras la precipitada desaparición de Cierval la semana pasada, como ya se ha comentado, y por el hecho de que Navarro aún no haya tenido ocasión de reunirse con la junta de Coepa para explicarles directamente su proyecto, un encuentro que finalmente se producirá el próximo 2 de mayo, según anunció el dirigente valenciano.

Así, entre los asistentes, además de Guillermo Moreno, presidente de la única organización alicantina que hasta la fecha se ha incorporado oficialmente a la CEV, Fempa; o de los representantes del calzado y los hoteles de Benidorm, Marián Cano y Toni Mayor, respectivamente, que también han hecho público su interés por sumarse a la misma; también estuvieron presentes el máximo responsable de Coepa, Francisco Gómez; el de Cepyme, Cristóbal Navarro; el de los promotores, Antonio Fernández; o el presidente de la Cámara, Juan Riera, entre otros muchos representantes empresariales de la provincia y también de Valencia. Igualmente, acudió el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, además de una amplia representación de la Universidad de Alicante, encabezada por el rector, Manuel Palomar; y el nuevo director territorial de Bankia, Miguel Capdevila.

Falta de unidad

Tras realizar un repaso de la situación socioeconómica de la Comunidad Valenciana y de sus potencialidades, Salvador Navarro aprovechó su intervención inicial para llamar la atención sobre las consecuencias de la «falta de unidad» del empresariado de la autonomía, a la que responsabilizó, al menos en parte, de las pobres inversiones del Estado en la región. «Algo no estamos haciendo bien, y no me refiero solo a los políticos, sino a todos los que tenemos responsabilidad en la mejora económica y bienestar de nuestra sociedad», afirmó. Por este motivo, abogó por la puesta en marcha de una «organización potente que defienda, con independencia, la voz de los empresarios de Alicante, Valencia y Castellón». Una organización que, además, debe ser «sostenible y viable con los recursos que aportan sus asociados» y que, lógicamente, identificó con su proyecto de transformar la CEV, hasta ahora la patronal provincial de Valencia, en la nueva patronal autonómica.

Aunque aseguró que no quería «recrearse en revolver lo que no se ha hecho bien en el pasado», también señaló la necesidad de «no olvidar lo ocurrido» para no repetirlo y enumeró las causas que, a su juicio, han llevado a la quiebra de Cierval. Entre ellas citó el descenso de las subvenciones públicas, el impago de las cuotas por parte de Coepa y de la CEC castellonense o la «gestión irregular» de esta última organización, que salpicó a la patronal autonómica como responsable subsidiaria.

Pero, sobre todo, recalcó la falta de funcionalidad del sistema de cuotas territoriales en que se basaba Cierval, donde la CEV tenía un 41% de los votos de la asamblea, Coepa un 33% y la CEC otro 26% y donde las decisiones debían tomarse por mayoría de dos tercios. Un sistema de reparto del poder que ha impedido, a su juicio, adaptar Cierval, «como hacemos con nuestras empresas, al profundo cambio que trajo la crisis consigo» y salvarla de la desaparición.

Frente a esta situación, Navarro defendió un modelo de patronal «solvente e independiente, que sea ágil y eficiente, que elimine duplicidades y estructuras innecesarias». E insistió: «Dejemos atrás viejos modelos que, como se ha demostrado, ya no funcionan y demos paso a uno renovado que se sustente en sectores y empresas, que es donde se encuentra el verdadero 'know-how' de una organización empresarial de este tiempo», señaló, dejando claro su rechazo frontal a la existencia de cuotas territoriales, que defiende Coepa. Su propuesta, por el contrario, otorga un 70% de los votos de la asamblea a las asociaciones sectoriales y un 30% a las empresas y crea tres consejos provinciales, sin apenas atribuciones, que elegirán directamente los asociados de cada demarcación. El proyecto no prevé ningún papel para las actuales patronales provinciales, más allá de ser un socio más.

A pesar de los esfuerzos del presidente de la CEV por explicarse, el encaje de Coepa y el peso de Alicante en la nueva patronal autonómica volvieron a centrar la mayor parte las preguntas que formularon los asistentes. Y, entre otras cosas, Salvador Navarro se vio obligado a negar que la CEV tuviera un plan en connivencia con la Generalitat para acabar con la patronal alicantina. «Si existiera un plan premeditado no hubiéramos aprobado un quita del 95% para que pudiera salir del concurso», aseguró.

Un problema de vertebración

El valenciano insistió en que el sistema de cuotas provinciales no había logrado resolver el problema de «falta de vertebración» del empresariado de la autonomía. «Los empresarios de la Comunidad somos muy emprendedores, pero el trabajo en equipo nos falla», reconoció, antes de apuntar de nuevo que ése era uno de los motivos de la falta de peso de la autonomía en Madrid.

Del mismo modo, también señaló que la existencia de Coepa tampoco había impedido la falta de inversiones por parte del Consell que instituciones como Ineca vienen denunciando año tras año, y señaló que la mejor forma de lograr que los recursos alcancen para todos es conseguir una mejor financiación para la Generalitat, para lo que instó a trabajar de forma conjunta.

Sobre la delicada situación económica de la patronal alicantina, Navarro aseguró que el problema había sido de «gestión» y la contrapuso con las medidas adoptadas en la CEV -recorte de gastos y captación de empresas para aumentar el número de socios-, que le han permitido ser la única patronal saneada de la Comunidad. En la misma línea, defendió la obligación de las organizaciones provinciales de asumir la deuda que Cierval deja a la Generalitat, que reclama la devolución de casi un millón en subvenciones de programas que ejecutaron estas asociaciones. «Me parece que la ética también importa», afirmó.

Por último, preguntado por los tres principales problemas que, en su opinión, tiene Alicante, el presidente de la CEV destacó la falta de agua, la falta de conexiones adecuadas con Valencia y con Murcia y, a nivel empresarial, «la unidad». Así, entre otras cosas, recordó que «en los años que llevo de presidente de la CEV he visto pasar a cinco presidentes de Coepa».

Al actual, Francisco Gómez, la intervención de Salvador Navarro no le dejó ayer nada satisfecho aunque mostró su confianza de que en la reunión que mantendrán el próximo 2 de mayo pueda producirse algún tipo de acercamiento.