«Me preocupa la sostenibilidad del sector. Ahora estamos en un momento de crecimiento, pero no visualizo lo que puede pasar en cuatro o cinco años», manifestaba al comienzo del debate Javier Fur, consejero delegado del grupo Marjal. El empresario atisba cambios en el horizonte que van a suponer nuevos desafíos, como los demográficos por el envejecimiento de la población o las nuevas demandas de los más jóvenes, que apuestan «por el uso (alquiler) más que por la propiedad de la vivienda». La innovación, según coinciden los promotores, dominará el nuevo modelo del sector, que pasará, igualmente por la diversificación de mercados, también geográfica. «El único antídoto ante los riesgos geopolíticos que generan incertidumbre al sector es diversificar mercados», sentencia Fur. La fórmula sería «descubrir las necesidades del cliente y ofrecer una buena dotación de servicios», añade.

Javier López Torres, socio responsable de Real Estate KPMG España, también puso sobre la mesa como uno de los posibles factores de crecimiento la especialización del producto. Por su parte, Antonio Fernández, presidente de Provia, y Vicente Mestre, director comercial y de marketing del Grupo VAFE, incidieron en que en la nueva etapa que inicia la actividad constructora, «de primera residencia no se está haciendo nada». Fernández, además, advirtió de que es un reto para los agentes -«pero también para la Administración»- afrontar los problemas que tienen los jóvenes para acceder a la vivienda. «No hay planes para construir vivienda protegida», se lamentó. Por su parte, Enrique Peláez (Internacional Ecisa) apostó por que en el nuevo modelo de sector «el crecimiento sea racional». Y Miguel Ángel Paredes, socio director de KPMG en Alicante y Murcia, hizo hincapié en que el producto que genera la construcción (la vivienda) «es la inversión más importante de una familia a lo largo de su vida». Y, por otra parte, subrayó la destacada participación en el sector inmobiliario de empresas de carácter familiar, como las que estuvieron en el debate. Y añadió que, precisamente, «las empresas familiares han sido de las que mejor han aguantado la crisis». Pablo Serna (TM) reiteró la necesidad de que haya mayor agilización de la Administración en la concesión de licencias.