¿Quién no conoce a algún familiar o amigo que tiene o ha tenido en los últimos años dificultades para acumular el mínimo exigido de cotización vinculada a su trabajo para acceder a la prestación contributiva del paro? Esta ha sido una situación muy extendida durante el largo y profundo periodo de crisis económica, y que todavía no ha registrado un cambio de tendencia, pese a los signos de recuperación.

Los empleos «volátiles y frágiles» (de días y por jornadas parciales, en vez de completas) que se han ido extendiendo durante el periodo de la recesión han incidido en las cotizaciones a la Seguridad Social y se han traducido en «precarias prestaciones», según denuncia UGT. La sangría se ha producido, especialmente, en la prestación contributiva, más conocida como «la ayuda del paro». Los sindicatos advierten de que, «en este contexto y más desde la reforma laboral, es muy difícil acumular el periodo mínimo exigido de 360 días de cotización para poder acceder a cuatro meses de desempleo», según advertía Yaissel Sánchez, secretaria territorial de UGT en l'Alacantí-La Marina.

Una situación que ha provocado en los últimos nueve años que esta prestación haya ido «languideciendo». Tanto, que en Alicante ha pasado de los 40.597 beneficiarios de febrero de 2008 a los 29.417 actuales. Es decir, un 27,5% menos. Si entonces era la ayuda que mayoritariamente percibían los que se quedaban sin trabajo, representando un 64,84% del total de las prestaciones, ahora sólo supone un 37,09%. De forma paralela, el gasto para pagar estas ayudas en la provincia ha bajado de los 48 millones que representó en febrero de 2008 a los 34,6 del mismo mes de este año.

Coste de las ayudas mínimas

Y pese a que continúan significando el grueso de prestaciones y gasto, éste se ha reducido un 27,8% en relación a 2008, mientras que el coste de las ayudas de supervivencia y de menor cuantía se ha disparado, al aumentar el número de beneficiarios.

El gasto en subsidios (rondan los 420 euros) ha aumentado un 79%. Estos son los que el Estado da a los desempleados que no tienen prestación contributiva por no haber cotizado lo suficiente, o bien porque la agotaron y siguen sin encontrar trabajo. Y las ayudas mínimas o extraordinarias como la Renta Activa de Inserción (RAI) se han incrementado un 218%. Para CC OO, «aunque la bajada de la prestación contributiva sea menor que el crecimiento del subsidio, el descenso del gasto de la primera es muy superior al incremento registrado en el caso del subsidio, lo que habla de la pobre calidad de este grupo», denuncia José María Ruiz Olmos, responsable de comunicación del sindicato en l'Alacantí-Les Marines.

Este descenso en el gasto en prestaciones se produce, además, en un periodo en el que el desempleo en la provincia ha crecido. Los últimos descensos derivados de la mejoría económica no han acabado aún con los altos niveles de paro. La provincia cerró febrero con 169.896 alicantinos sin trabajo, frente a los 104.234 del mismo mes de hace nueve años.

Baja la tasa de cobertura

Así, la otra cara de la precariedad actual del desempleo se refleja en la tasa de cobertura. En estos momentos, en Alicante hay más de 90.500 personas sin trabajo que, además, no perciben prestación alguna.

Representan el 53,2% del total de parados y son fruto del «endurecimiento de los requisitos para acceder a las ayudas que impuso la reforma laboral de 2012, y del agotamiento de la prestaciones por la extensión de la situación de desempleo. También hay que subrayar las menores cuantías medias recibidas», añadía la dirigente ugetista.

Una de las consecuencias de la crisis y de la falta de oportunidades laborales es que en Alicante, los parados de larga duración (más de un año sin empleo) superan los 79.800 y suponen el 47,o2% del total de desempleados. Por otra parte, el sindicato UGT critica la baja dotación contemplada en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para este año en el gasto en prestaciones. «No es comprensible que lo bajen un 7,6%, cuando contamos con una tasa de cobertura de un 46,68% en España, donde en torno a dos de cada cuatro personas llevan más de un año buscando empleo», incide Yaissel Sánchez.