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El ladrillo vuelve a seducir a los autónomos

Más de 300 trabajadores por cuenta propia han abierto en Alicante un negocio vinculado al sector inmobiliario en el primer trimestre, impulsados por el repunte de las reformas y la edificación

El ladrillo vuelve a seducir a los autónomos

Fontaneros, instaladores, electricistas, carpinteros... vuelven al tajo, tras duros años de profunda crisis por el ajuste del sector de la construcción. Ahora que el sector inmobiliario comienza a repuntar, el colectivo de autónomos recupera fuerza en el mercado laboral alicantino, que rescata a aquellos que se quedaron sin empleo por el desplome de la actividad y la desaparición de compañías o suma nuevos emprendedores que se animan a la aventura empresarial por el cambio de tendencia en el ladrillo.

La principal razón es que la promoción inmobiliaria en la provincia creció el pasado año un 19%. Pero, igualmente, influye el hecho de que la actividad de las reformas en edificios y viviendas mantiene el pulso que ha venido registrando durante los años duros de la crisis.

Con estos factores, sólo faltaba que las estadísticas confirmaran el impulso. Y las del primer trimestre del año lo evidencian. La provincia ha ganado 341 altas de trabajadores por cuenta propia encuadrados en la actividad de la construcción, un 2,2% más que en diciembre del pasado año. Un aumento -el más importante- que eleva el total provincial de este sector a 15.608. Cifra que lo sitúa en el segundo puesto por detrás del comercio, una actividad que, pese a ser la más numerosa dentro del colectivo de autónomos, con más de 35.700 negocios, sufre un importante descenso de 194 bajas en el primer trimestre.

Al cierre de marzo, Alicante contaba con un total 124.244 emprendedores, que representan un 0,5% más que tres meses antes, según los datos de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA). Su presidente en la Comunidad, Rafael Pardo, confirmaba que las perspectivas de crecimiento del colectivo este año «son buenas. La previsión es que continúe la tendencia de nuevos trabajos de autónomos y que los existentes puedan evolucionar mejor» debido al periodo de recuperación económico que se abre. No obstante, Pardo se muestra «cauto» porque el sector sufre mucho «la competencia. Y, pese a que ha mejorado la situación, al autónomo aún le cuesta sacarse un sueldo, porque aunque haya ingresos, los elevados gastos restan». En este sentido, Pardo sentenciaba que «hay más trabajo y comienza a haber demanda, pero a precio de crisis. Muchos ganan la mitad de lo que ganaban antes de la crisis». Fundamentalmente, porque «el cliente sigue exigiendo un precio bajo».

Y en el contexto del nuevo impulso experimentado entre los autónomos de la construcción, el representante de ATA apunta que el «crecimiento sostenible y estable que viene registrando el ladrillo, de una forma más ordenada que en los tiempos del boom en que se dispararon los precios, ha aumentado la demanda de profesionales». Entre ellos, albañiles, fontaneros que trabajan en la actividad de las reformas. «Pero también hay nuevas altas de autónomos de pequeños negocios que luego son subcontratados por grandes promotoras para la construcción de viviendas». Entre las pymes y autónomos del sector inmobiliario que han resistido los embates de la crisis, sobre todo en el contexto de las reformas de viviendas, apuntan que, «aunque hay más movimiento, todavía hay muchos que no se atreven a volver a darse de alta porque los gastos son elevados y mucha la burocracia, y esperan a tener señales más claras de que el crecimiento de la construcción es más estable».

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