Una banca saneada, pero con el reto de ser imaginativa en la búsqueda de nuevas vías de negocio para compensar el hundimiento del crédito. Ése es el escenario que afronta el sector financiero y que quedó retratado ayer por el director general de CaixaBank, Juan Antonio Alcaraz, encargado de impartir la conferencia inaugural de la décima edición de la feria de las finanzas y los seguros Forinvest, que desde ayer y hasta mañana convierte a Feria Valencia en el centro del sector financiero en España.

«El problema del negocio es que no hay negocio», dejó dicho Alcaraz a modo de titular. «Un menor volumen de crédito y los tipos de interés bajos son dos variables que nos obligan a reinventarnos, a generar ingresos que no vengan del negocio tradicional», reconoció el directivo, que ha predicado con el ejemplo al lanzar recientemente un producto (ImaginBank) dirigido al público millennial.

Crecimiento del 3% del PIB

Alcaraz cifró en 300.000 millones el impacto sobre el sector financiero de la crisis del negocio promotor. Tras la reestructuración, el sector financiero es más pequeño, con un 37% menos de oficinas y un 30% de empleados, lo que se traduce en la destrucción de cien mil empleos. Sin embargo, la recuperación de la actividad económica no se ha correspondido con una recuperación del crédito, sobre todo en el ámbito empresarial: «La nueva concesión de créditos crece con fuerza en los hogares pero no para las empresas», resumió.

El directivo reconoce que la banca no está consiguiendo dar nuevo crédito a las mercantiles «porque no hay demanda, y los que pueden han acudido a otros mecanismos», dijo, en referencia a la emisión de bonos y otras fórmulas que vuelven a utilizar las grandes compañías una vez los mercados se abren otra vez a este tipo de financiación.

Los datos hablan por sí solos: el crédito a la gran empresa (de más de un millón de euros) cayó un 32,8% en 2016, aunque en lo que va de año 2017 ha crecido un 9,3%; en el ámbito familiar, sin embargo, ha crecido un 35% para vivienda y un 26% al consumo.

Las perspectivas de CaixaBank son de «optimismo». «El mundo crece y las previsiones para 2017-2018 son importantes. Europa se recupera y España va bien. Las últimas estimaciones que manejamos es que para 2017 el crecimiento del PIB será cercano al 3%», señala. Con todo, respecto al empleo, «si queremos cohesión hay que corregir las tasas inadmisibles en la población joven y las grandísimas diferencias entre regiones». También reclamó que no se ponga obstáculos al turismo: «Cuidemos a nuestra primera industria, no pongamos en riesgo estos factores».

Entre las amenazas, Alcaraz alertó sobre la regulación del mercado y «la sensación de que la banca se acabe convirtiendo en un servicio público regulado».

Alcaraz impartió la conferencia inaugural arropado, entre otros, por Íñigo Parra, presidente de Stadler en España y de la Asociación para el Progreso de la Dirección en la Comunidad Valenciana. Parra destacó los datos para el optimismo que vive la economía, pero insistió en la «necesaria vertebración social»: «Hay que luchar para crear puestos de trabajo y cumplir con el contrato social que tenemos como directivos».

Internacionalización

La décima edición de Forinvest arrancaba ayer en una primera jornada enfocada hacia los empresarios, con ponencias sobre casos de éxito y estrategias de internacionalización. En este sentido, el consejero delegado del ICEX, Francisco Garzón, insistió en la importancia de la internacionalización «como eje de una cultura de estrategia de desarrollo»: «Solo las empresas que se abren a la competencia son más productivas e innovadoras y tienen menos dependencia del ciclo doméstico».

Por su parte, Juan Corbera, socio director de Deloitte, destacó el rol de los empresarios en estos años en que se ha vivido «una de las pruebas más duras de los últimos años».

También destacó el papel de Forinvest, que ha consolidado la posición de Valencia como una plaza financiera de primera magnitud».