Este día del año en que se multiplican los informes sobre la discriminación del colectivo femenino en distintos aspectos del mercado laboral, coincidiendo con el Día de la Mujer, hay datos que resumirían los mínimos avances logrados desde que hace diez años se aprobara la Ley de Igualdad, y que inciden, además, en que la brecha entre hombres y mujeres trabajadores se extiende de lo salarial a lo social. O viceversa.

En los últimos años, distintas organizaciones vienen insistiendo en que no se ha corregido aún la diferencia que se arrastra en las retribuciones entre hombres y mujeres, pese a desempeñar la misma tarea en el centro de trabajo. En el caso de la Comunidad Valenciana, «la brecha salarial ha aumentado del 23,81% que suponía en 2010 al 25,42% de 2014 -último ejercicio computado-en la retribución media anual», según advertía Yaissel Sánchez, secretaria territorial de UGT en l’Alacantí-La Marina.

Una discriminación que tiene su máxima expresión cuando se desciende a las retribuciones de las jornadas parciales (empleo por horas), que en la provincia ocupan mayoritariamente las mujeres, con 141.101 contratos, frente a los 116.131 firmados por hombres, según datos del pasado año.

Pese a que los puestos de trabajo por horas «tienen nombre de mujer», ellas perciben 613,26 euros menos al año que los hombres realizando la misma jornada, denuncian desde UGT. Los contratados a tiempo parcial en la autonomía cobran 9.593,17 euros brutos anuales, mientras que las trabajadoras con el mismo tipo de horario laboral perciben 8.979,91. Más acusada aún es la diferencia en el caso de los empleos a tiempo completo, que, por el contrario, se conjugan en masculino. El pasado año se contrataron a 118.149 hombres en esta modalidad, frente a 98.346 trabajadoras en Alicante.

Y la retribución bruta media para este tipo de jornada se sitúa en 26.268,67 euros anuales, en el caso de los hombres y de 22.827,70, en el de las mujeres de la Comunidad. Una diferencia anual de 3.440,97 euros, con los últimos datos de 2014.

La prevalencia masculina en los trabajos a jornada completa la vinculan directamente los sindicatos con el hecho de que muchas mujeres se ven más abocadas a los contratos por horas para dedicar tiempo al cuidado de los hijos o familiares dependientes. De hecho, durante el periodo de vida laboral, uno de los hándicaps que encuentran los trabajadores se produce cuando deciden ser madres o padres. Y es en este contexto cuando la brecha social se muestra más evidente.

Permisos de maternidad

¿Quién se acoge de forma mayoritaria a los permisos de maternidad? Las estadísticas no ofrecen dudas. Son las madres las que optan por esta vía, entre otras razones porque los padres suelen cobrar un salario superior, advierten los sindicatos.

En la provincia, el pasado año fueron 9.174 las madres que disfrutaron de este permiso y 113 los otros progenitores durante el periodo compartido. Como norma general, durante las seis primeras semanas después del parto es la madre que opta por esta vía la que debe disfrutar del permiso. El resto del tiempo -hasta las 16 semanas del periodo total de la prestación- se puede ceder en favor del otro progenitor.

También son mujeres las que, tras la experiencia maternal piden mayoritariamente excedencias para el cuidado de los hijos o de familiares dependientes. El pasado año, fueron 1.680 las madres que lo solicitaron, frente a las 110 excedencias disfrutadas por el otro progenitor. Para UGT, estas situaciones persisten en el tiempo porque «las tareas del cuidado de los hijos siguen respondiendo a los roles y estereotipos de género, puesto que son asumidas en su gran mayoría por las mujeres, a pesar de las políticas de igualdad y de la Ley de Igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres del 2007», incide Yaissel Sánchez.

Y al final de la vida laboral, cuando llega la hora de percibir la pensión, es cuando la mujer se encuentra con el último capítulo que resume las discriminaciones anteriores, ya sea en contratación, salario o menor nivel de actividad y mayor tasa de paro.

Desigualdad en el retiro

En la provincia, 159.298 pensiones las perciben mujeres, lo que representa el 51,54% del total. Pero aun siendo mayoritarias, las pensionistas que reciben la prestación de jubilación (vinculada a los años de cotización) sólo suponen el 37,2%. Son 72.028 mujeres las beneficiarias, frente a los 121.399 hombres, según el informe de UGT.

Sin embargo, entre los retirados que perciben hasta 700 euros mensuales -menos del Salario Mínimo Interprofesional, que este año se ha fijado en 707,60 euros- hay más mujeres. En la provincia, son 125.132 las pensionistas que cobran hasta esa cuantía y sólo 55.678 los hombres. «El 78,5%, frente al 37,1%», denuncia Yaissel Sánchez.