El emprendedurismo femenino tiene más incidencia en la Comunidad que en el contexto estatal. Un 13,1% de las mujeres ocupadas en Alicante, Castellón o Valencia tiene su propio negocio o empresa, mientras que en la media española el porcentaje se queda en el 12%, según un estudio publicado ayer por la empresa de recursos humanos Adecco, en colaboración con Barceló & Asociados, ante la conmemoración, mañana 8 de marzo, del Día de la Mujer Trabajadora.

Al cierre del pasado año, la media de ocupadas en la autonomía alcanzaba la cifra de 873.600. Y de ellas, 114.100 estaban al frente de sus propios negocios. En solitario, operaban 78.650, mientras que las que tenían empleados a su cargo bajaban hasta las 37.500. De forma paralela, en el primer caso, las empresas con trabajadores de la Comunidad impulsadas por mujeres están por encima de la media nacional: un 4,3% del total de emprendedoras, frente al 3,4% del promedio estatal. Sin embargo, los niveles están más igualados con el resto del Estado, en torno al 8%, entre las que operan en el mercado como autónomas.

En el universo laboral femenino en España, sin embargo, el grueso de las mujeres son asalariadas. En la autonomía son 751.450, cifra que representa un 86,0% del total de la población femenina con trabajo. Y de ellas, el 70,3% está empleada en el sector privado. El15,8% restante trabaja en el sector público, un porcentaje inferior al 19,8% de mujeres ocupadas en las administraciones públicas en España.

Plan de Empleo para Mujeres

Además del menor peso en el sector público, los sindicatos UGT-PV y CC OO-PV denunciaron ayer que en el último año se han perdido 28.000 empleos femeninos en el sector público en la Comunidad, frente a un aumento del 11% en la contratación masculina. Cándida Barroso (CC OO PV) subrayó la «gravedad» de estos datos que revela la última Encuesta de Población Activa (EPA), ya que el sector público «siempre ha sido un nicho de empleo con garantías y algo está fallando». Junto a Pilar Mora (UGT PV) incidió en que esta situación es «competencia directa» del Gobierno autonómico, por lo que exigieron la implantación de medidas concretas, como un Plan de Empleo para Mujeres.

Fundamentalmente, las trabajadoras de la Comunidad se encuadran en puestos del sector de servicios y ventas. Suponen un 31% de la mano de obra femenina en la Comunidad -entre camareras, peluqueras, dependientes, además de azafatas, policías y bomberos -, frente al 29,6% que representan a nivel estatal.

En este sentido, la mayor incidencia del sector servicios en la economía autonómica por su importante vinculación con el turismo explicaría, en este caso, la diferencia con el promedio nacional. No obstante, entre las ocupadas autonómicas también tienen mayor peso, un 19,7%, las que trabajan en ocupaciones elementales que en el escenario estatal, mientras que en España estos puestos sólo lo ocupan el 16,9%, según el mismo informe de Adecco realizado con datos estadísticos medios de 2016.

Y en contraposición, en puestos técnicos o de profesionales científicas e intelectuales o empleadas de oficina, la participación de las trabajadoras de la Comunidad es menor que en el contexto del empleo femenino en España. En el primer caso, el promedio de la Comunidad es del 19,2%, frente al 22,1% de la media estatal. Y en el sector de oficinas, la diferencia apenas es de un punto: 13,4% en la autonomía y 14,5% en España.

La igualdad, sin embargo, entre las trabajadoras autonómicas y españolas llega cuando se chocan con el «techo de cristal», denominación acuñada para referirse a las limitaciones que encuentran las mujeres en su ascenso laboral en el interior de las empresas u organizaciones. En España, las trabajadoras que están al frente de puestos de dirección o gerencia suponen el 2,8% del total de mujeres ocupadas, mientras en la Comunidad la tasa baja ligeramente hasta el 2,2%.

Un 25,4% de brecha salarial

Por otra parte, en la comparativa con los hombres, las diferencias también se extienden a las retribuciones laborales. Un reciente informe de UGT en l'Alacantí-La Marina reflejaba que las trabajadoras autonómicas cobran un 25,42% menos que los hombres.

Y tampoco parece que les vaya mejor a las ejecutivas de empresas en el ámbito de la Unión Europea. Un estudio de Eurostat publicado ayer incidía en que las mujeres que ocupan puestos directivos en la UE obtienen un salario un 23,4% inferior a la media de los hombres. España se encuentra en el puesto séptimo de la tabla con una desigualdad salarial de un 16%. La brecha retributiva entre hombres y mujeres en puestos directivos es más estrecha en Rumanía (5,0%). En Alemania, sin embargo, alcanza el 26,8%; en Portugal; el, 25,9%; en Estonia, el 25,6% y en Reino Unido, el 25,1%.

Por otra parte, las diferencias de género se trasladan, asimismo, cuando hombres y mujeres se encuentran desempleados, la otra cara de la moneda del mercado laboral. Las 240.600 trabajadoras sin trabajo que había al cierre del pasado año en la Comunidad suponen más del 51% de los 467.400 desocupados totales.

Y la mayor diferencia por sexos se encuentra entre los que llevan más de dos años sin encontrar trabajo (200.300). Entre los parados de larga duración, las mujeres suponen el 51%. Por contra, entre los 38.500 que en el cuarto trimestre de 2016 lograron un empleo, 18.500 fueron mujeres y 20.000 hombres, según datos de la EPA.