El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, confirmó ayer lo que era un secreto a voces desde hace meses. El Corredor Mediterráneo no estará finalizado por completo en 2018 y el propio Gobierno se ha fijado como meta el año 2025 para que la conexión ferroviaria en Alta Velocidad para carga y pasajeros sea una realidad entre Cataluña y Algeciras. Así lo reconoció el ministro durante su intervención en la asamblea general de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), en la que también participó el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y en la que el presidente de esta poderosa organización empresarial, Vicente Boluda, reclamó un «pacto nacional» que permita poner en marcha cuanto antes esta infraestructura.

Fue al preguntarle por el compromiso del Gobierno para que el Corredor Mediterráneo sea una realidad en 2018, cuando Íñigo de la Serna señaló que, «visto lo visto», no estaba «en disposición de poder hacerlo, sería poco realista», aunque reiteró el compromiso del ejecutivo en esta infraestructura. Así, De la Serna ratificó lo que había anunciado hace una semana en el Congreso, que las obras del AVE entre Alicante y Elche terminarán este año y en 2018 se podrá abrir la línea que con tanto éxito funciona entre Alicante y Madrid desde junio de 2013. Para 2018 también se espera que se pueda viajar en tren a Valencia desde Alicante en 55 minutos.

El titular de Fomento anunció, por otro lado, que este marzo comienzan las pruebas en el tramo Valencia-Castellón, clave para la vertebración con el ferrocarril de las tres provincias. Un tramo con una inversión prevista de 173 millones de euros, de los que 118 millones de euros se han destinado para construir una vía doble: ancho ibérico y ancho mixto. Ante los empresarios valencianos, el ministro realizó un informe detallado sobre la situación de los tramos del Corredor Mediterráneo desde Perpiñán a Algeciras, detallando inversiones y estado de ejecución. Según señaló De la Serna, España es el país (de los seis europeos por donde discurre el Corredor) que más esfuerzo inversor está realizando en esta infraestructura. Asimismo, el ministro ha destacado la necesidad de elaborar un estudio sobre la demanda, para «optimizar esta infraestructura» y conocer qué empresas estarían en disposición de usarlo para el transporte de mercancías.

Recordó que en 2011 el coste del Corredor Mediterráneo se estimaba en 50.000 millones de euros, una cantidad que «está bien para un power point», pero que es «inviable y poco responsable», por eso, desde 2013, explicó De la Serna, el proyecto contempla inversiones por 17.000 millones de euros, sin incluir el ramal central, de los cuales ya se han ejecutado 13.500.

Dificultades técnicas

En su discurso, el ministro reconoció que el proyecto se enfrenta a dificultades técnicas y administrativas, parte de ellas derivadas por el año que el Ejecutivo ha estado en funciones. Así, señaló como tramos con mayores dificultades técnicas o administrativas, «que no económicas» los Castellbisbal-Vilaseca, Castellón-Vandellós y Murcia-Almería.

En la clausura de la asamblea de AVE también intervino el president de la Generalitat, Ximo Puig, quien ha lamentado que la Comunidad sólo ha estado cerca de recibir las inversiones que corresponden a su peso poblacional durante el desarrollo del AVE, algo que ha considerado «difícil de justificar». «El motor público está gripado en la Comunidad, que además arrastra una deuda cercana a los 45.000 millones de euros», insistió Puig, para quien el Corredor Mediterráneo «es una necesidad desde hace más de un siglo y no puede esperar más».

El presidente de AVE, Vicente Boluda, anunció nuevos actos reivindicativos el 14 de marzo en Murcia y el 11 de abril en Almería. «Nuestro compromiso es que hasta 2025 o hasta que el Corredor sea una realidad seguiremos reivindicando», apuntó el máximo responsable de AVE.