No habrá ningún papel ni reconocimiento oficial para Coepa en la nueva patronal autonómica que impulsan los empresarios valèncianos para sustituir a Cierval, una vez aprobada la liquidación de esta última debido a sus problemas económicos. Si la organización alicantina quiere formar parte del proyecto, deberá asociarse y pagar sus correspondientes cuotas, como el resto de miembros, y ni siquiera ostentará la representación de la nueva patronal en la provincia. No tendrá más que los votos en la asamblea que le otorguen las contribuciones económicas que realice.

Así de claro lo expuso ayer el presidente de la Confederación Empresarial Valènciana, Salvador Navarro, en la presentación del proyecto con el que pretende transformar esta organización, hasta ahora de carácter provincial, en la nueva patronal autonómica de la Comunidad Valènciana para suplir el vacío que deja Cierval. Un proyecto que Navarro calificó como «vertebrador» ya que, a su juicio, aunque no otorgue ningún papel a Coepa o la CEC castellonense -de la que se da por hecho que va a desaparecer-, representará a las tres provincias «a través de sus sectores y de las empresas que se asocien». «Alicante no es Coepa y ni Coepa es Alicante», señaló Navarro en declaraciones a este diario.

Así, el proyecto de la CEV prevé crear sus propias estructuras territoriales al margen de las patronales actuales, mediante los denominados Consejos Empresariales Provinciales, que elegirán los miembros de la asamblea de cada una de las tres demarcaciones. «Si el presidente de Coepa quiere liderar este consejo en Alicante, deberá conseguir que le voten los asociados alicantinos», explicó el valènciano.

Sin dotación

Serán estos organismos los que representen a la nueva patronal autonómica en cada demarcación y los que se encarguen de proponer a los representantes empresariales en las distintas instituciones dentro del ámbito provincial. Además, tendrán una estructura administrativa mínima y no manejarán fondos públicos, cuya gestión se centralizará en la estructura autonómica. Una medida que el presidente de la CEV defiende para evitar que se repita lo ocurrido en Cierval, que se ha visto obligada a responder por el supuesto fraude cometido con los fondos de formación por los anteriores responsables de la patronal castellonense como responsable subsidiario, la principal causa que ha llevado a los empresarios a optar por su disolución definitiva en lugar de tratar de salvarla.

En suma, que la futura Confederación Empresarial de la Comunidad Valènciana, como se denominará a partir del 3 de marzo, cuando su asamblea tiene previsto modificar sus estatutos, no sólo obviará el papel que hasta ahora ejercía Coepa sino que, además, entrará en competencia directa con la misma. Entre otras cosas, porque la propuesta tampoco recoge la doble adscripción que exigían los alicantinos: es decir, que los socios de la nueva patronal autonómica tuvieran que estar también afiliados a Coepa para evitar que ésta pierda a buena parte de sus socios actuales.

Así, no es de extrañar que el máximo responsable de la patronal alicantina, Francisco Gómez, se mostrara ayer molesto tras conocer el documento hecho público por Salvador Navarro y asegurara que no recoge las negociaciones que ambos han mantenido en las últimas semanas. «Da la sensación de que se han empeñado en hundirnos y que nos quieren ningunear», señaló.

Al respecto, Gómez asegura que se había pactado que Coepa sería en Alicante el equivalente a estos consejos empresariales en el resto de provincias, y que conservaría su capacidad de maniobra para realizar nombramientos en las instituciones. Según explicó, sólo quedaba por acordar la parte económica en la que también se estaban realizando «acercamientos». Con todo, Gómez expresó su deseo de «seguir negociando» y defendió la necesidad de una organización autonómica «consensuada». En caso contrario, «existirán dos patronales distintas», apuntó antes de recordar que es Coepa quien tiene «la representación de CEOE en Alicante».

Problemas heredados

Por su parte, Salvador Navarro negó que el acuerdo se hubiera producido en estos términos y señaló que siempre había dejado claro a Coepa que, si su presidente quería ser también el máximo responsable del consejo provincial de la nueva organización, «debía ganarse el apoyo de los asociados de Alicante». Como reconoció, en el fondo subyacen las dudas sobre la continuidad de Coepa, ante los problemas que puede tener para cumplir su plan de viabilidad y que Navarro no quiere que acaben salpicando a la nueva organización. Unos problemas que, sin duda, se agravarán si la patronal alicantina pierde a buena parte de sus socios en favor de la nueva patronal autonómica o no puede acceder a fondos públicos.