No suele ser plato de buen gusto pero, con frecuencia, aceptar un traslado o marcharse a otra provincia en busca de un empleo mejor suele ser la forma más efectiva para lograr un aumento de salario. Al menos, así parece indicarlo la última estadística elaborada por la Agencia Tributaria, que permite comparar los sueldos medios declarados por los trabajadores alicantinos que en el año 2015 decidieron hacer las maletas rumbo a otras partes del país, con los de aquellos que siguieron desempeñando sus tareas en la provincia. Y los resultados no son nada positivos.
De acuerdo con la base de datos de Hacienda, los asalariados alicantinos que mantuvieron su residencia ganaron una media de 17.767 euros durante el citado año - sin tener en cuenta a los que se incorporaron por primera vez al mercado laboral o los que estaban en el paro en el ejercio anterior-, mientras que aquellos que cambiaron su domicilio a otra demarcación ingresaron 20.379 euros. Es decir, 2.612 euros más o, lo que es lo mismo, casi un 15% de diferencia.
Algo que se explica porque «los criterios económicos y la promoción a un puesto mejor siguen siendo los principales motivos por los que un profesional acepta trasladarse», según afirma el director de Adecco en Alicante, Antonio Bernal, que señala, no obstante, que la mayoría de empleados aún se muestra muy reticentes a esta posibilidad. Igualmente, para los que están en situación de búsqueda de un empleo, también aquellos que aceptan ampliar su ámbito geográfico suelen tener más posibilidades de encontrar empleos mejor pagados, por una simple cuestión estadística: cuanto mayor sea el radio, más ofertas tendrán a su disposición, explica el experto.
Hacia las grandes ciudades
En este sentido, tampoco conviene perder de vista que, aunque la situación haya mejorado sensiblemente en Alicante durante los últimos años, las grandes ciudades siguen acaparando el mayor número de empleos cualificados, por lo que suponen un foco de atracción para los profesionales que aspiran a desarrollar una carrera de cierto recorrido. Así lo muestran los propios datos de la Agencia Tributaria, que señalan que casi uno de cada cuatro profesionales que abandonó Alicante con destino a otra provincia se afincó en Madrid.
En concreto fueron 1.261 los profesionales de la terreta que se marcharon a la capital durante el citado 2015, frente a los 727 que realizaron el camino contrario. El salto también es negativo con la otra gran urbe española, Barcelona, donde acabaron 603 trabajadores alicantinos, el doble de los que llegaron a Alicante desde el entorno de la capital. Por su parte, hasta 909 asalariados alicantinos se mudaron a la vecina provincia de Valencia, 110 más de los que vinieron desde allí.
En total, según las mismas fuentes, fueron 5.355 los profesionales de la demarcación que hicieron las maletas, frente a los 4.560 que llegaron de otras provincia. Curiosamente, también quienes se desplazaron desde otras zonas del país para instalarse en Alicante recibieron una remuneración mayor que los que ya vivían aquí: 18.257 euros.
Salarios de supervivencia
La misma estadística también permite conocer las diferencias de ingresos entre aquellos que mantienen su empleo desde el ejercicio anterior y los que se incorporan al mercado laboral, bien sea porque logran su primer empleo o bien porque estaban en paro. En total, 79.541 personas durante 2015 que ganaron una media de 4.323 euros anuales porque la mayoría sólo trabajó unos pocos meses o en un empleo a tiempo parcial.
En cualquier caso, tampoco hay que olvidar que el salario medio de la provincia -de 15.425 euros anuales, si se tienen en cuenta todos los colectivos- sigue muy por debajo del nacional, que asciende a 18.645 euros, según lo que los propios trabajadores y las empresas que los contratan declaran al fisco.
