Apenas lleva dos semanas al frente de la Casa Blanca, y Donald Trump no sólo ha puesto en pie a los propios norteamericanos por algunas de sus primeras medidas como el veto a la entrada de ciudadanos de siete países musulmanes, sino que también ha aumentado las alertas en el comercio internacional.comercio internacional «Todos los mercados están raros», admite el empresario Juan Antonio Santo, miembro de la ejecutiva de la patronal del mármol alicantino, uno de los principales sectores exportadores provinciales, junto al calzado. Santo, además, añade que el grado de «preocupación es elevado» por las repercusiones que para el comercio puedan tener las medidas que adopte Trump Ya a los pocos días de tomar posesión, el nuevo presidente de Estados Unidos retiraba a su país del tratado comercial con el PacíficoPacífico, y advertía de una posible subida del 20% de los aranceles a las exportaciones desde México, país con cuya frontera pretende levantar un muro. Además, de forma casi simultánea, criticaba el contenido actual del tratado de libre comercio con Canadá y México. «Pero todavía estamos más expectantes por cómo enfocará sus relaciones comerciales con China, un buen cliente para Alicante y desde donde se reexportan hasta Estados Unidos mercancías que entran a este país asiático», apostillaba Amador Poveda, otro empresario del mármol y también presidente de las industrias extractivas de la Comunidad (Fiecova). Unos mensajes, los de Trump, que parecen que tienen una inevitable convergencia en echar el freno al libre comercio, al abogar por una política más proteccionista. México, el vecino del sur, está en los primeros lugares de su agenda política. Y para los alicantinos, éste es un mercado importante, donde los principales productos exportados son calzado, mármol, juguetes y textiles, en general. A pesar de que hasta noviembre pasado, las ventas provinciales al país centroamericano habían caído un 4,6% en relación al mismo periodo del año anterior, por los 72 millones de euros vendidos, no deja de ser un país «interesante» para sectores como el calzado, apuntaba Marián Cano, presidenta de la Asociación de Empresas de Calzado de la Comunidad Valenciana (Avecal). Firmas provinciales de juguete, textil, calzado o agrícolas tienen algún tipo de implantación, -sino es de producción, sí de logística- en México. El interés, además, proviene de su cercanía con Estados Unidos, ya que, en algunos casos, puede servir de puerta de entrada a Norteamérica de productos con sello alicantino, aunque procedentes del país azteca. Las fórmulas de la multilocalización o multiplataformas son muy utilizadas por los exportadores, en general, con los países donde hay acuerdos de libre comercio. En este sentido, Marián Cano advertía también sobre las posibles consecuencias que pueda tener la anunciada revisión por parte de la nueva Administración norteamericana del tratado con Canadá, además de México. Pendientes de Trump y del euro La representante del sector zapatero admite que «vamos a estar muy pendientes y expectantes» al respecto, al igual que de la cotización del euro-dólar, de cuya evolución al alza o la baja dependerá si se encarecen o abaratan sus exportaciones. Si finalmente, Trump cumple sus anuncio de aumentar las barreras arancelarias en su frontera, la primera consecuencia será una caída de las ventas por el encarecimiento de los costes de entrada, lo que restaría competividad a las empresas. Estados Unidos es el cuarto mercado exterior de la provincia, a donde el pasado año vendió productos por más de 274 millones, según datos de las Comercio Exterior. Sin embargo, «desde noviembre -justo cuando Trump ganó las elecciones- los mercados están muy parados», advertía Juan Antonio Santo. «Todos están a la expectativa sobre lo que haga EE UU, y eso supone que los clientes sean más prudentes» a la hora de decidir sus compras, lamentaba el industrial. Si el calzado es el principal exportador provincial, a nivel general, en el caso de México, también. Hasta noviembre del pasado año vendió allí zapatos por valor de 23,3 millones, cifra similar a la de 2015, según las estadísticas de las Cámaras de Comercio. El mármol es la segunda industria que más vende a este país, donde algunas firmas provinciales tienen almacenes de distribución. Sus exportaciones el pasado año superaron los 10 millones, cifra que significó un aumento del 2,21% en relación al año anterior. Amador Poveda, otro empresario del sector del mármol señalaba que, de momento, «México nos sigue comprando, es un buen cliente». También el calzado confía en que la tendencia de compra siga en México «al igual que en EE UU, donde se valora nuestro producto»·, añade Marián Cano. Otro sector con la mirada puesta en el país centroamericano es el del juguete, que el pasado año exportó allí por más de 3,5 millones, aunque su facturación exterior con México registró un ligero retroceso. Y el textil, en sus distintas partidas de tejidos, hilaturas, alfombras, filamentos sintéticos o prendas y complementos, lo hizo por valor de 5,7 millones, un 10% más que en 2015.
