Cuando Pilar Arcusa atravesaba problemas económicos, allá por el año 2009, no acababa de entender por qué su hipoteca no bajaba más a pesar de que los periódicos no debajan de hablar de la caída del euríbor. Entonces nadie sabía lo que eran las cláusulas suelo ni sospechaban sus perniciosos efectos y tuvo que negociar con la entonces Caja Castilla-La Mancha -hoy Liberbank- como pudo. «Quería rebajar la cuota como fuera y me tocó ampliar el plazo de 20 a 40 años para poder pagar», asegura. A día de hoy, sigue abonando todos los meses el sobreprecio que supone esta práctica, que permite a la entidad cobrar un interés mínimo -en este caso del 2,95% anual- por mucho que bajen los tipos oficiales que establece el BCE.

Arcusa formaba parte ayer de la veintena de afectados que se concentraron en la confluencia de las avenidad de Óscar Esplá y de Maisonnave en Alicante convocados por Adicae para denunciar que, a pesar de la sentencia del Tribunal Supremo que estableció la nulidad de las cláusulas suelo que no fueran transparentes; a pesar del posterior fallo del Tribunal de Justicia de la UE que estableció la obligación de devolver todo lo cobrado de más con esta práctica cuando se demostrara que había sido abusiva; y a pesar del decreto del Gobierno obligando a la banca a articular un procedimiento extrajudicial para atender y estudiar las reclamaciones de los afectados,; a pesar de todo eso su banco se sigue negando a dejar de aplicarles esta cláusula.

Son lo que el portavoz de Adicae en Alicante, Manuel Funes, definió ayer como «los bancos del lado oscuro», utilizando la terminología que ha popularizado la saga de La Guerra de las Galaxias. Un grupo del que formarían parte el Banco Sabadell, el Popular, Unicaja, Caja España-Duero, Ibercaja, la citada Liberbank o Kutxabank, que defienden que sus clientes fueron perfectamente conscientes de lo que firmaban y, por tanto, sus hipotecas son legales, según los criterios que definió el Supremo. Aunque el Juzgado de lo Mercantil número 11 de Madrid consideró abusivas la mayoría de ellas, los bancos se agarran a que el fallo está recurrido y no es firme.

La mayoría, eso sí, ha intentado llegar a algún tipo de acuerdo con sus clientes pero nunca por la cantidad total. «Me ofrecieron bajar el suelo del 3,5% al 2,25% durante un año. Lo acepté porque no tenía otra cosa pero les dejé claro que no iba a firmar ningún tipo de renuncia y que quiero que me devuelvan todo», aseguraba, por su parte, Jesús Robles, que calcula que el banco ya le ha cobrado 12.000 euros de más en su hipoteca.

Son los casos más sangrantes pero en la concentración de ayer también había clientes de entidades como BBVA, que dejaron de aplicar la cláusula suelo en 2013 pero nunca han devuelto lo que cobraron de más. En general, Adicae denuncia que la mayoría de entidades no está cumpliendo con lo establecido por el Gobierno para devolver el dinero y, si lo hace, no tiene ninguna intención de reintegrar lo que cobró de más.