A priori puede parecer una auténtica ganga. Una casa de 171 metros cuadrados en San Miguel de Salinas, con cuatro habitaciones, dos baños y en «excelente estado de conservación» por sólo 2.100 euros. El problema es que quien acepte la oferta sólo estará comprando, en realidad, el 8,33% de la propiedad de la vivienda, la que se quedó la entidad financiera tras embargar a su anterior dueño. Es sólo uno más de las decenas de inmuebles casi imposibles de vender que acumulan en la provincia las principales webs encargadas de comercializar los stocks de las entidades finacieras como resultado de nueve años de crisis económica. Un lastre del que tratan de desprenderse casi a toda costa -sólo les falta regalarlos-ante los gastos que les ocasionan y las nulas posibilidades de sacarles alguna rentabilidad.

El caso de los proindivisos como el citado -cuando la entidad sólo posee un parte de la propiedad, generalmente, porque formaba parte de alguna herencia que recibió el deudor embargado- es uno de los más frecuentes y también uno de los más complejos de resolver, como apuntan los expertos consultados. «No tienen ninguna salida. Nadie quiere algo así. La única opción es que se lo quede alguno de los otros propietarios», apunta Cristina Casamayor, de la inmobiliaria del mismo nombre, que trabaja con varias de estas gestoras.

También es relativamente frecuente encontrar anuncios de viviendas que incluyen inquilinos indeseados. Como el de una planta baja en Callosa de Segura de 92 metros cuadrados que puede adquirirse por 5.000 euros. La web ya avisa de que se trata de un «inmueble en situación especial», un eufemismo que, más tarde, la operadora aclara que sirve para esconder que la vivienda está ocupada y que quien se la quede deberá lidiar con la situación. En este caso, la ubicación del piso puede determinar su destino. Si en la zona existe demanda de alquiler, puede aparecer algún inversor dispuesto a asumir el coste de iniciar el proceso de desahucio -en muchas ocasiones lo que hacen estos compradores es ofrecer dinero a los ocupas para que se marchen- y después lo reforman y lo ponen en el mercado. Si la demanda no existe, la oferta se suma a las decenas que permanecen durmiendo el sueño de los justos en estas webs.

Apartamentos a 1.300 euros

También se pueden encontrar semanas en apartamentos de multipropiedad en Dénia por apenas 1.300 euros, una fórmula que hace unos años tuvo cierto predicamente entre los compradores extranjeros que querían disfrutar de una segunda residencia y que hoy en día resultan imposibles de colocar, según reconocen las fuentes consultadas.

Y, junto a todo esto, también se anuncian decenas de viviendas completamente destrozadas por los vándalos o ubicadas en barrios degradados, donde «los únicos compradores posibles son otros residentes de la zona, ya que nadie más está dispuesto a gastarse el dinero como inversión ni se producen nuevas llegadas a la zona», según explican desde una de estas gestoras de inmuebles bancarios. Aunque hay excepciones. En el caso de Virgen del Remedio, en Alicante, durante los últimos años los bancos han logrado aligerar de forma notable su cartera de inmuebles gracias a los argelinos que llegaron en busca de casas baratas para tener una residencia en España por si la situación en su país se complicaba.

El precio suele ser el principal indicador que delata a todos estos inmuebles problemáticos y de difícil venta, y basta con realizar una búsqueda entre las ofertas por debajo de los 20.000 euros para encontrarlos en cualquier web especializada. «En muchas ocasiones son precios que están por debajo del valor del suelo rústico en la zona -hay casas de pueblo con ocupa por 3.900 euros-, pero el banco sólo quiere dejar de pagar los costes de mantenimiento», señalan las mismas fuentes.

En Solvia pueden encontrarse más de medio centenar de propiedades por debajo de esos 20.000 euros, en Servihábitat alrededor de una veintena, las mismas que en BBVAvivienda, y en Casaktua, una docena. Está claro que todavía es posible encontrar entre ellas chollos auténticos, pero lo más probable es que se trate de alguna casa que el propio banco considera complicada de vender.