El Boletín Oficial del Registro Mercantil publicó ayer la baja como administradora única de la Compañía Española de Resinas de María del Carmen Martínez López, la viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala, asesinada el pasado de diciembre de dos tiros en la cabeza. La fallecida había accedido al cargo en otoño del año pasado, cuando decidió ejercer el poder que le confería la acción de oro para atajar la «rebelión» que meses antes habían protagonizado sus tres hijas, que cesaron como presidente de la firma al único varón de la familia, Vicente Sala Martínez, por las discrepancias que mantenían con él.

Para restituir a su hijo al frente de la compañía, decidió cambiar el sistema de gobierno de la sociedad al sustituir al consejo de administración por un administrador único, cargo que ocupó ella misma, mientras su hijo fue nombrado apoderado. A pesar de su nombre, en realidad Compañía Española de Resinas es una sociedad patrimonial en el que la familia Sala gestiona sus negocios inmobiliarios y propiedades de forma separada al grupo industrial también de su propiedad, que encabeza la matriz Samar Internacional, donde es Vicente Sala Martínez quien ocupa el cargo de administrador único. Cuenta con unos activos de alrededor de 77 millones de euros, de los que unos 50 millones son terrenos y el resto edificios construidos. La firma carece prácticamente de deudas.