D. NAVARRO
n El abogado y exdirector general de Comercio de la Generalitat Luis Boyer asumió la presidencia de la Fundación CAM el pasado mes de julio con el encargo de enderezar las cuentas de la entidad, que apenas cuenta con ingresos y sigue soportando la carga de una plantilla sobredimensionada y unos costes de mantenimiento más que notables por los numerosos edificios históricos y legados que forman parte de su patrimonio. El golpe de timón, que supuso la salida de la presidencia de Matías Pérez Such, se produjo después de que el Instituto Valenciano de Finanzas alertara de la inviabilidad de la fundación si no cambiaba radicalmente su gestión. No en vano, desde su puesta en marcha a finales de 2012 -cuando la antigua Caja Mediterráneo se transformó automáticamente en fundación, una vez traspasado su negocio financiero al Sabadell- la entidad acumula más de 16 millones en pérdida, que han mermado notablemente su patrimonio.
Desde su llegada al cargo, Boyer ha tratado de implicar más a los Gobiernos de la Comunidad Valenciana y de Murcia en la gestión del patrimonio de la Fundación -un ejemplo de ello es la declaración del CADA de Alcoy como subsede del IVAM- y ha dinamizado su actividad. Aún así, aún tiene pendiente importantes ajustes en la estructura de la organización y la definición de un modelo que garantice su futuro, amenazado también por las demandas de las cuotas participativas que emitió la CAM y de las que es titular formal.
