Finaliza el año y con ello, llegan las felicitaciones navideñas, deseando los mejores fortunios para el año venidero. Esos mejores deseos que se llenan de propósitos y además de esperanzas, como el último suspiro al que nos aferramos pensando que el futuro próximo puede ser mejor.

La incertidumbre por falta de Gobierno prácticamente marcó el 2016 y mientras el reloj consumía los días, la esperanza de un ejecutivo diferente al que impuso políticas de austeridad por encima de las personas, que sufrimos en la legislatura anterior, se desvaneció.

El año 2016 arrastró, las consecuencias negativas de las políticas impuestas y aplicadas en años anteriores que desequilibraron la balanza entre la ciudadanía, y que han perjudicado y continúan perjudicando de forma especial al mercado laboral, manteniéndose una situación similar a las que venimos padeciendo en años anteriores.

Desde la Unión General de Trabadores, seguimos denunciando y reclamando la derogación de la Reforma Laboral, tan lesiva que sus consecuencias continúan manifestándose con:

El mantenimiento de un elevado número de trabajadoras y trabajadores que en contra de su voluntad, no logran la reinserción en el mundo del trabajo porque no encuentran un empleo, lo que supone que prácticamente una de cada dos personas que sufren están situación, se encuentran con más de un año a la espera del empleo añorado, viendo además agotadas sus prestaciones sociales.

Un mercado laboral, debilitado, precario y muy inestable, donde la temporalidad sigue alimentándose y soportando valores relativos al 90% de los empleos firmados. Un empleo además efímero y de poco recorrido debido a la volatilidad de su duración, ya que el 20% de los contratos firmados en la provincia cuentan con una vigencia de una semana, a la que hay que sumarle un 43% de la parcialidad, que en su mayoría es involuntaria y perjudica en gran medida a las mujeres.

Este año, además ha estado marcado por un aumento de la siniestralidad laboral, con un incremento de los accidentes graves dentro de la propia jornada de trabajo, debido a la precariedad del empleo así como a la dejadez, relajación y falta de responsabilidad de las empresas.

El 2016, deja un mercado laboral roto, que trata peor a las mujeres, con empleos cada vez más precarios, remarcando la brecha salarial y de género que discrimina y perjudica de forma significativa a las mujeres en todos los sentidos, tanto en el empleo como en el desempleo y en las prestaciones sociales, por ello, nuestra exigencia al Gobierno en la aplicación de una Ley de Igualdad Salarial que impida la discriminación salarial entre hombres y mujeres.

Una reforma que ha dado paso a la proliferación de las empresas multiservicios que se acogen a la prevalencia aplicativa de los convenios de empresas, rebajando las condiciones pactadas en los convenios sectoriales, mermando así descaradamente los derechos, las condiciones laborales y salariales de los trabajadores y trabajadoras y provocando una competencia desleal entre las empresas. Por ello desde UGT, venimos impugnando convenios que rebajan estas condiciones y además con el respaldo de las sanciones por parte de la Inspección de Trabajo ante nuestras denuncias. Una vez más, otro motivo para la derogación de la Reforma Laboral.

Debo decir además, que este año, ha estado teñido de dolor, de desigualdad, marcado por esa grave violación de los derechos humanos que es la violencia hacia las mujeres, a través de la violencia machista, esta lacra que constituye la manifestación más violenta de las relaciones de poder desigual entre mujeres y hombres, y es necesario que más allá de intenciones, se ejecute sin más dilación un pacto de estado real para la erradicación de la violencia contra las mujeres, por ello, desde UGT defendemos, la necesidad especial de protección en el ámbito laboral a la mujeres víctimas de violencia de género y por eso es más que necesario que se pueda garantizar su inserción y permanencia en el mundo del trabajo, combatiendo al mismo tiempo la precariedad laboral.

Este año además, desde la Generalitat, se nos ha hecho conocedores de la situación de infrafinanciación que sufre la Comunidad Valenciana. Es necesario valorar la labor de agrupar a los Partidos Políticos a los Agentes Económicos y a los Agentes Sociales, para que con una voz unánime reivindiquemos una financiación justa y que además conjuntamente, con la voluntad del Gobierno de la Generalitat de hacer política social, se logre elevar los servicios y los pilares fundamentales de una sociedad avanzada.

En el ámbito local, esperamos que el Ayuntamiento logre, que los proyectos que necesita la ciudad se pongan en marcha, que el plan de ordenación urbana sea una realidad y corrija las deficiencias que se viene arrastrando y que perjudican a la capitalidad de la provincia, hemos sido conocedores de los fondos europeos por los que ha apostado nuestro municipio y esperamos que su puesta en marcha contribuya a la creación de empleo, de bienestar para la población y de enriquecimiento para Alicante.

Este nuevo año que tenemos por delante, con un panorama político diferente, alejado de mayorías absolutas y donde la negociación comienza a jugar un papel protagonista, desde la UGT, insistiremos en que nuestras propuestas que son muchas y a su vez compartidas, sean debatidas, que tengan eco, porque no podemos esperar más para recuperar los derechos perdidos, la situación económica mejora, la economía crece y por ende debe existir un reparto equitativo de forma igualitaria de la riqueza.

A pesar de que somos conscientes de que muchas familias no tendrán el mejor fin de año, si esperamos que el 2017, devuelva la ilusión, la esperanza y nosotros desde UGT, estaremos luchando para que cambien las políticas y contribuiremos a través de nuestra mejor herramienta que es la negociación, a que el 2017, sea el año de recuperar y conseguir más derechos.