Suma y sigue. A los recortes realizados o anunciados en los últimos meses por el Santander, BBVA, CaixaBank o el Popular se añade ahora el anuncio del Banco Sabadell, que confirmó el cierre de unas 250 sucursales y el recorte de entre 700 y 800 empleos para el próximo año. Unos ajustes que la entidad justifica por el auge en la utilización de los canales digitales por parte de los clientes, que cada vez se desplazan menos hasta las sucursales, pero que sin duda también está motivada por la necesidad del sector de mejorar su rentabilidad, muy tocada por los bajos tipos de interés que les hace más difícil ganar dinero con los préstamos.

La entidad asegura, no obstante, que no realizará despidos forzosos y que tratará de ofrecer recolocaciones, bajas incentivadas y prejubilaciones a los afectados. De momento, desde el Sabadell señalan que aún no tienen decididas qué sucursales cerrarán, por lo que no se sabe que porcentaje del ajuste recaerá sobre la amplia red que tiene en la provincia, donde se hizo cargo del negocio de la desaparecida CAM y, por tanto, donde tiene una de las redes más tupidas de toda España.

En cualquier caso, estos nuevos recortes se sumarán a los que el banco lleva realizando casi sin interrupción durante los últimos años de forma espaciada. Así, en el presente 2016 también ha clausurado hasta 92 sucursales, de las que seis estaban ubicadas en la provincia, en los municipios de Aspe, Elche (donde ha cerrado dos oficinas), Alicante, Torrevieja y Novelda.

Fuentes oficiales de la entidad afirmaron ayer que el anuncio responde «a la imparable transformación digital que afecta a todos los campos de actividad , tambien al sector bancario, y a los nuevos hábitos del consumidor que cada vez mas realiza su operativa a través de dispositivos móviles». Sin embargo, a esta menor afluencia de público hay que sumar los problemas para generar beneficios que tiene todo el sector y que ya han llevado al Sabadell a rebajar sus objetivos para este año desde los 1.000 millones previstos a unos 800.

Los recortes del Sabadell se unen a los que han puesto en marcha otras entidades como el Santander, que ha cerrado 450 oficinas y ha reducido en 1.400 personas su plantilla. También el Popular prevé bajar la persiana de unas 300 sucursales y suprimir 2.500 empleos. CaixaBank prejubiló a cerca de 500 personas y el BBVA prevé desprenderse de 130 oficinas.

Desde el inicio de la crisis económica, en la provincia de Alicante han cerrado ya 650 sucursales bancarias, casi un 40% de todas las que existían. Unos cierres que han ido acompañados de la desaparición de más de 4.300 empleos en el sector y las perspectivas para los próximos meses no son nada halagüeñas, ante la sucesión de anuncios.