n En 2010 empezó su aventura laboral por varios países de Europa, tras haber sido estudiante Erasmus en 2006 en Berlín. El arquitecto alicantino Luis Aparisi, de 34 años, vive en Suiza con María Perea, su mujer, y sus dos hijos: Julia y Nicolás, nacidos en tierras helvéticas. «La familia está lejos y se está perdiendo el día a día de los nietos», lamenta. No obstante, Luis asegura que la experiencia en el exterior «sigue siendo muy positiva». Y profesionalmente, «no he parado de crecer y asumir retos».
En 2012 ya estaba en Suiza, en Glarus. Hace apenas un año que empezó a trabajar para la empresa estatal de ferrocarriles (SBB) y, como arquitecto, dirige proyectos de estaciones y edificios de control técnicos.
Para este joven de la «terreta», éste ha sido un salto ha sido «cualitativo», tras haber estado cinco años trabajando para un estudio de arquitectura / inmobiliaria. También se ha formado en Project Management. Admite que las condiciones de vida de las que disfruta «son buenas». Cuenta desde Suiza que normalmente trabaja de 08.00 a 17.00 horas, lo que le permite llevar y recoger a su hija de la guardería y disfrutar de sus retoños por las tardes, además de hacer tareas domésticas. Luis se muestra muy interesado en el reciente debate en España sobre la jornada laboral. «Si de verdad se diera un cambio importante, mis ganas de volver a España aumentarían significativamente», asegura.
Desde la perspectiva que da la lejanía -al menos física con su tierra- y la experiencia, el arquitecto alicantino señala que hay otras muchas cosas de España «que no cambiaría». Destaca la espontaneidad, o la creatividad: «A veces tendemos a degradar mucho lo que tenemos en España y a idealizar lo que hay fuera».
