La recuperación de la renta per cápita de la Comunidad Valenciana se debe a la caída de la población más que a una mejora de la situación. Así de contundente se muestra el extenso informe «La economía de la Comunitat Valenciana: diagnóstico estratégico», elaborado por el área de estudios de la Caixa (CaixaBank Research) junto con la consultora Analistas Financieros (AFI) y que fue presentado ayer en Valencia con la presencia del jefe del Consell, Ximo Puig.

El estudio supone un ambicioso análisis DAFO (debilidad, amenazas, fortalezas y debilidades) sobre la Comunidad Valenciana, su tejido empresarial, sus sectores productivos y su mercado laboral. En palabras de José Antonio Herce, director de AFI, el informe pretende ser optimista. De hecho, además de un diagnóstico detallado, propone soluciones a gobernantes y empresarios para afrontar los retos: desde «establecer alianzas a través de Valenciaport y la red de vías norte-sur de alta capacidad con las restantes zonas logísticas peninsulares»; hasta «potenciar el transporte interurbano, ya que la unión de las localidades costeras favorecería la accesibilidad turística y la interconexión en transporte público, reduciendo así la presión sobre las carreteras del litoral».

En cuanto a la situación macroeconómica, el informe constata que la fase de recuperación tras la crisis está siendo más favorable para la Comunidad que para el resto de España. De hecho, la renta per cápita (la relación entre el PIB y el conjunto de habitantes del territorio) ha crecido entre 2010-2015 un 1,9% (20.400 euros), mientras que la media española es del 0,9%. Sin embargo, esta recuperación de la riqueza por habitante no se debe a un aumento del PIB, que cae un 0,71% el último lustro, sino a la pérdida de población. La merma demográfica del 2,56% ha contrarrestado ese efecto negativo.

Sea cual sea el motivo, la recuperación de la renta per cápita ha favorecido un proceso de convergencia respecto a España. Se ha recortado casi un punto el diferencia, pero «aún mantiene» una renta inferior a la media. De hecho, la crisis ha frenado en seco el proceso de convergencia con la Unión Europea de las últimas décadas. El mazazo de la crisis valenciana, unido a «la recuperación anticipada» del resto de regiones, ha propiciado que la Comunidad pase de tener una renta per cápita equivalente al 81% de la media de UE-28 en 2010, a encontrarse hoy en el 70%. Respecto a las diez regiones más ricas, la renta valenciana retrocede hasta representar menos de un tercio.

Para explicar todo esto, el informe ofrece claves como el predominio de sectores menos productivos en nuestra economía. Algo más de la mitad de los ocupados valencianos trabajan en sectores de intensidad tecnológica baja. Y de los que lo hacen en sector de intensidad media alta, más del 10% no están suficientemente cualificados.

Incentivos para concentrar pymes

También apunta el informe que las bases de la recuperación no son sólidas: la mayor parte del aumento del empleo se da en los sectores menos productivos, como comercio, transporte y hostelería. «Este aumento del empleo corrige las elevadas tasas de paro pero no refuerza la competitividad».

En este contexto, además de recomendar la necesidad de ampliar la base de actividades de alto valor añadido, el informe abunda en debates como el de conseguir empresas más grandes: «Se impone la creación de incentivos jurídicos y fiscales para el fomento de la concentración empresarial en torno a actividades productivas base de las empresas concentradas y programas de mejora de la tecnología, gestión y la financiación de las empresas resultantes». A más tamaño más valor añadido por trabajador, más generación de empleo y más inversión en innovación.