Se confirman los peores augurios. La incertidumbre generada tras el referéndum del «Brexit» -sobre todo, por el desconocimiento de la situación en que quedarán los residentes británicos en nuestro país con la salida del Reino Unido de la UE- ha provocado que las ventas de viviendas a ciudadanos de esta nacionalidad se hayan desplomado un 17% en la provincia durante el tercer trimestre, poniendo fin a cuatro años y medio de crecimiento ininterrumpido. Todo un revés para el sector inmobiliario de la Costa Blanca, que tradicionalmente ha tenido a los ingleses como sus principales clientes internacionales.

A falta de contabilizar todavía un pequeño porcentaje de las operaciones, las estadísticas del Colegio Notarial de la Comunidad Valenciana no dejan lugar a dudas sobre el cambio de tendencia que se ha producido. Si 2015 se cerró con un incremento del 50,2% en la compraventa de viviendas por parte de los británicos en Alicante, y durante el primer trimestre del año se mantuvo un notable ritmo de crecimiento, superior al 30%, después de la Semana Santa empezaron a aparecer los primeros síntomas de desaceleración, y el segundo trimestre se cerró ya con un avance de sólo un 9,7%.

Para entonces algunos clientes ya habían empezado a solicitar las denominadas cláusulas anti Brexit -que permitían anular las compras si el resultado del referéndum era favorable al abandono de la UE- y muchos ya intuían lo que sucedería más tarde. Así las cosas, el verdadero cambio de tercio se produjo durante el verano, tras la confirmación del resultado de la consulta.

Entre los meses de julio y septiembre los británicos adquirieron un total de 1.041 viviendas en la provincia, una cantidad todavía muy considerable pero que supone un 17% menos que en el mismo periodo de 2015. Habría que remontarse hasta 2011 para encontrar otro descenso interanual en estas cifras.

Pendientes de la libra

El vicedecano del Colegio Notarial de la Comunidad, el alicantino Delfín Martínez, considera que aún es pronto para saber si esta tendencia a la baja se consolidará o si el mercado logrará recuperarse, tras el shock inicial que ha supuesto la decisión de los británicos de marcharse del club europeo. A su juicio, será clave tanto la evolución de la libra -«si sigue devaluándose con respecto al euro, a los ingleses les saldrá más caro comprar una casa en España y sus pensiones también les resultarán más escasas para vivir aquí», recuerda-; como el hecho de que puedan seguir accediendo a servicios públicos, como la sanidad. En cualquier caso, recalca que, «a pesar de la caída, las cifras de compradores británicos siguen siendo altísimas -de hecho, casi duplican a la siguiente nacionalidad, los suecos- y será muy difícil que eso se corte de un día para otro», trata de relativizar el portavoz de los notarios.

Una calma que también reclama el presidente de la Asociación Provincial de Promotores (Provia), Antonio Fernández, que esperaba una caída similar a la que muestran las estadísticas. «Ahora lo fundamental es que desde la Generalitat, como ya está haciendo el president, Ximo Puig, se deje claro que los británicos van a seguir recibiendo estos servicios», asegura el empresario, convencido de que a medio plazo las aguas volverán a su cauce «porque los ingleses tienen tradición de comprar fuera de su país y Alicante sigue ofreciendo buenos precios y muy buenas conexiones aéreas con toda Inglaterra».Mercados alternativos

En cualquier caso, lo cierto es que, de momento, el mercado inmobiliario alicantino ha sido capaz de absorber el golpe y, pese al retroceso en Reino Unido, el número total de compraventas de viviendas en la provincia siguió creciendo durante el tercer trimestre del año más de un 8,5%, al pasar de 7.761 a 8.418. Para ello ha sido clave la reactivación de la demanda nacional -tanto de segunda, como de primera residencia-, y el buen comportamiento de los mercados del Norte y Centro de Europa.

Así, los suecos se consolidan como los segundos mejores clientes de los promotores y las inmobiliarias de la Costa Blanca, con 589 viviendas adquiridas durante el tercer trimestre, un 30,8% más que en 2015; seguidos por los Belgas, con 491 inmuebles, un 18,3% más; y los noruegos, con 295 propiedades y un 8,4% más. De hecho, junto a los británicos, Rusia es el único mercado que también decrece.

En cuanto al mercado nacional, además de los compradores de segundas residencias llegados de Madrid y otras zonas del centro del país, los notarios también han detectado un incremento en la compraventa de pequeños pisos de precios asequibles, lo que apunta a una mejora de la demanda de vivienda habitual.