Los secretarios generales de CC OO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Pepe Álvarez, anunciaron ayer concentraciones ante las delegaciones del Gobierno de todas las capitales de comunidad autónoma para el 15 de diciembre y una gran manifestación sindical y social el domingo 18 de diciembre en Madrid tras las limitaciones al diálogo social impuestas por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Durante la reunión que mantuvieron el jueves con el jefe del Ejecutivo y los dirigentes empresariales, Rajoy planteó dos restricciones a la negociación social: no salirse del marco presupuestario que permitirá a España cumplir con el objetivo de déficit y «no liquidar» las reformas realizadas en su mandato, como la laboral o la de pensiones.

Tras este encuentro, Toxo y Álvarez advirtieron de que tratarían de «engrasar» la voluntad del Gobierno mediante la movilización. Apenas 24 horas después de su reunión con Rajoy, Toxo anunció desde Zaragoza y Álvarez desde Asturias que han decidido movilizaciones conjuntas para el mes de diciembre por la actitud manifestada por el Gobierno. De este modo, Toxo concretó que Rajoy ha establecido «tantos límites» al diálogo que ha alejado «las posibilidades de solucionar los problemas de desempleo, pobreza y pensiones que tiene la sociedad española». Los sindicatos se dirigirán a las organizaciones sociales y políticas del país para invitarlas a sumarse a este proceso de movilizaciones.

«Queremos negociar, queremos acordar, queremos buscar soluciones, pero nos parece que es fundamental la participación de la ciudadanía desde la movilización social para mover las voluntades del Gobierno y de otros actores económicos», agregó.

Por su parte, Álvarez indicó que después de casi un año con un Gobierno en funciones «no hay excusas» para no actuar porque los problemas de las personas «no pueden esperar». «El Gobierno debe negociar un nuevo contrato social para restituir los derechos sociales y laborales en el marco del diálogo social. Ahora bien, sin lucha, no hay derechos y en esta legislatura nos vamos a tener que acostumbrar al binomio negociación-movilización», añadió. Entre otras cosas, los sindicatos quieren que el Gobierno suba el salario mínimo a 800 euros el próximo año -ahora está en 655- y llegar al entorno de los 1.000 euros para 2020.

Ante este anuncio de los sindicatos, el portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, les pidió «espacio para el diálogo», y consideró que, aunque respeta la convocatoria de movilizaciones porque es un derecho constitucional, debe ser un «instrumento de última instancia».