Los pensionistas de la Comunidad Valenciana que reciben prestaciones contributivas han recuperado poder adquisitivo en lo que va de año tras estancarse el crecimiento del Índice de Precios al Consumo (IPC) y a pesar del encarecimiento de la energía, uno de los principales elementos de la cesta de la compra de los consumidores. Sin embargo, esa mejora del poder de compra les dará para tomar cuatro cafés al mes y poco más, ya que reciben una media de 4,1 euros más en cada paga, lo que supone unos 50 euros anuales.

La paga media (ha subido un 0,25 % en todos los casos, según anunció el Gobierno) ha pasado de 812,4 a 837,5 euros, lo que supone un 3% más que a principios de este ejercicio. Si bien ese aumento tiene que ver con la incorporación de nuevos pensionistas al sistema contributivo de la Seguridad Social, que reciben cuantían superiores y, por tanto, elevan las estadística oficiales del Ministerio de Empleo.

Las clases pasivas de la Comunidad Valenciana, cuyas prestaciones son setenta euros inferiores a la media de España, logran tener en su bolsillo más dinero que en enero, mientras que la inflación tan sólo ha crecido un 0,2% desde entonces. Además, la previsión es que concluya el año con una subida del 0,9 %, frente al 1,5 % previsto inicialmente por el Gobierno central. El número de pensiones contributivas ascendió en la autonomía a 963.061 a 1 de noviembre.

Por otra parte, la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, planteó ayer aliviar el déficit del sistema de pensiones con más financiación vía Presupuestos Generales del Estado (PGE) y sugirió que se financiara de esta forma la pérdida de ingresos que suponen las tarifas planas de cotización de autónomos y nuevos empleados o las pensiones de viudedad y orfandad.