¿Está justificado el temor que ha despertado la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos?
Bueno, si el nuevo presidente de Estados Unidos cumple las promesas electorales que hizo durante la campaña, el horizonte económico es más bien adverso. No olvidemos que Trump ha anticipado decisiones importantes que podrían alterar el saneamiento de las finanzas públicas de su país, como una reducción del impuesto sobre las grandes fortunas y un aumento del gasto de defensa, o ha prometido eliminar la regulación sobre estabilidad financiera que se adoptó tras la crisis de 2008, por no hablar de que cuestiona a la propia Reserva Federal. Además, se ha mostrado claramente proteccionista. De hecho, desde 1928, cuando ganó las elecciones Herbert Hoover, no había habido un presidente tan proteccionista.
¿Qué consecuencias puede tener todo eso?
Pues un menor crecimiento económico y, si las decisiones son tan radicales como las anunciadas, no cabría descartar que provocara un punto de inflexión. Hay que tener claro que si se reducen los volúmenes del comercio internacional, eso tiene un impacto claro.
¿Se puede llegar a generar una nueva recesión mundial?
Bueno, desde luego va a reducir el ritmo de crecimiento en un momento en que ese crecimiento ya es muy tibio. Va a depender mucho del ritmo y de en qué medida se apliquen las decisiones. Pero, por ejemplo, cualquier conflicto bilateral con China puede amenazar al conjunto de las economías emergentes y alterar la estabilidad en la escena internacional. O cualquier actuación contra la Reserva Federal puede afectar a las entidades financieras norteamericanas y transmitirse rápidamente a todo el mundo.
¿Qué margen de maniobra real tiene Trump como presidente de Estados Unidos, porque los empresarios españoles tratan estos días de lanzar un mensaje tranquilizador asegurando que el Senado y el Congreso frenarán sus medidas?
Ojalá, pero el Congreso y el Senado tienen una mayoría republicana. Es verdad que hay republicanos con una posición distinta a la de Trump pero, aunque no concretara todas las decisiones que hemos comentado, qué duda cabe de que no tendría un impacto favorable en la economía.
¿España estaría entre los países más afectados?
España es una economía muy integrada y muy abierta. Probablemente, en términos de flujos comerciales y financieros con Estados Unidos no es la más expuesta, ni mucho menos, pero en la medida en que es la cuarta economía de la eurozona, y muy dependiente de lo que haga el BCE, cualquier alteración al otro lado del Atlántico sí puede condicionar lo que ocurra aquí. Directamente España no tiene un grado de exposición tan grande como, por ejemplo, a lo que ocurra en Reino Unido.
Entonces, ¿nos afectará más un posible «Brexit» duro?
El «Brexit» nos afectará muchísimo más que las medidas de Trump. El Reino Unido es un socio comercial muy importante para España con el que, además, tenemos superávit. También son muy significativos los ingresos por turismo, por venta de viviendas... Sin duda, habrá que prestar mucha atención al impacto que pueda tener en los próximos meses la depreciación de la libra esterlina. El grado de exposición de España a lo que ocurra con el Reino Unido, al ritmo del divorcio, es alto.
¿Ve riesgo de contagio de esa ola populista que supone la elección de Trump?
Lo único que ha hecho Trump es dar amparo a unas fuerzas políticas que ya existían y que ya estaban cobrando importancia. Marie Le Pen ya era una clara candidata a la presidencia de Francia, por ejemplo.
