Si no sucede en el interin un drástico cambio de planes, la junta directiva de la patronal autonómica Cierval, en la reunión extraordinaria convocada para el próximo miércoles, dará su visto bueno al convenio de acreedores de la patronal alicantina Coepa, que propone una quita del 95% en los cerca de 580.000 euros que le adeuda. De esta forma, esta organización enfilará el camino para superar el concurso ya que los votos de la organización presidida por José Vicente González son suficientes para sacar adelante la propuesta en la junta de acreedores que se celebrará el vienes, al sumar el 75% de la deuda ordinaria.

Las fuentes consultadas aseguran que no hay alternativa posible a esa decisión después de que el juez que sigue este proceso rechazara el recurso que presentó el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) contra la propuesta de convenio y avalara la solución planteada por Coepa para saldar sus deudas, que suman 4,1 millones. El IVF es el titular de la hipoteca del centro de oficios de la patronal alicantina y entendía que el plan de viabilidad presentado por la patronal le obligaba, en la práctica, a aceptar una dación en pago del edificio, a la que siempre se ha negado. El juez, sin embargo, ha dejado claro que lo que plantea la patronal alicantina es lo previsto por la ley en estos casos. Es decir, la venta del inmueble para saldar la deuda y, si no es posible, la ejecución del préstamo.

Desde el punto de vista de Cierval, la aceptación de la quita no supone un roto de relieve para las arcas de la patronal autonómica, dado que la deuda de la organización alicantina ya estaba provisionada. Sin embargo, su situación financiera sigue siendo muy delicada, debido a los problemas que le genera la patronal castellonense CEC, que este mes entrará en concurso de acreedores y cuya gestión de los cursos de formación está siendo investigada por un juzgado de Nules. Esta organización tiene que hacer frente en diciembre al pago a la Generalitat de unos requerimientos por cursos formativos mal ejecutados por un importe de aproximadamente 700.000 euros. La CEC no dispone de ese dinero y como Cierval es la organización cúpula que firma los convenios para que los ejecuten sus asociados, será ella la que tenga que hacerse cargo del pago de la deuda, siempre y cuando no prosperen los recursos planteados por la CEC, que es el escenario en el que se manejan los dirigentes empresariales. En ese caso, Cierval se vería abocada al concurso.

Así las cosas, las fuentes consultadas aseguran que en la reunión del miércoles los patronos de Valencia exigirán de sus homólogos de Alicante algún tipo de compromiso de futuro a cambio de aceptar la quita. Sobre este punto reina la incertidumbre a estas horas. La saneada CEV ya ha rechazado la absorción de la autonómica, que era la opción barajada hasta la fecha para salvar a Cierval, debido a las deudas actuales y futuras que contraerá con ella la CEC y que podría arrastrar a la valenciana.

Para que Cierval eluda el concurso es precisa la aportación monetaria inmediata de Valencia, pero los dirigentes de la CEV consideran que los alicantinos también tienen que contribuir. Está por ver si unos y otros aceptarán hacer derramas extraordinarias para cubrir los desfases de la autonómica. Parece difícil que Coepa, aún en concurso, pueda hacer aportaciones y se desconoce si los empresarios alicantinos están dispuestos a hacer el esfuerzo. Cabe la posibilidad de seguir los pasos de Coepa y confiar en que el concurso de acreedores sea la solución momentánea para los problemas financieros de la autonómica.

No obstante, en el supuesto de que ese déficit se supere por una vía o por la otra, queda en el aire también qué sucederá en el futuro. Es decir, si los empresarios quieren una autonómica con fuerza, esta requiere garantizarse unos ingresos anuales. Ahí es donde los empresarios de Valencia también exigen compromisos a los alicantinos, dado que no tiene sentido superar el problema si dentro de un año vuelven los impagos y Cierval entra en dificultades.