La finalización del plan PIVE empieza a tener importantes consecuencias en los concesionarios alicantinos. El fuerte crecimiento que venían experimentando las ventas de automóviles a particulares se ha frenado notablemente sin estas ayudas y sólo el tirón de las adquisiciones realizadas por las compañías para renovar o ampliar sus flotas de empresa han permitido cerrar octubre con unas cifras aceptables.

En concreto, el pasado mes se matricularon en Alicante 3.210 turismos y todoterrenos, lo que supuso un 8,41% más que en el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, si se desglosan los datos por canales, se observan claramente los efectos de la supresión del plan PIVE. Así, las ventas a particulares sólo aumentaron un 4,8% frente al incremento del 17,2% que anotaron en junio o el 11,8% que suma el acumulado desde el inicio del año, de acuerdo con los datos de las principales asociaciones del sector: Anfac, Ganvam y Faconauto.

Por su parte, las ventas a empresas -excluidas las que se dedican al alquiler de vehículos- aumentaron un 16,6% en octubre, lo que muestra el dinamismo de la economía provincial y la recuperación de la actividad que se está produciendo. Aún así, esta cifra de incremento también es menor del que se registró en los meses anteriores, ya que en el acumulado anual el crecimiento llega al 29%. En el mes de octubre no fueron significativas las ventas a las empresas de alquiler, que renuevan sus dotaciones en los meses anteriores al verano.

Desde el sector hablan de «estabilización del mercado» y ya empiezan a surgir voces que reclaman al nuevo Gobierno que ponga en marcha un nuevo plan. Así, el presidente de Ganvam, Juan Antonio Sánchez, abogó ayer por modificaciones fiscales para incentivar la compra de aquellos modelos menos contaminantes y también de nuevas ayudas similares al PIVE que favorezca la retirada de la circulación de los vehículos más antiguos.