El Sabadell también quiere sacar partido de la recuperación que vive el sector inmobiliario en la provincia. Como todas las entidades, el banco presidido por Josep Oliu necesita producir nuevo crédito para elevar sus ingresos y compensar el bajo rendimiento de los préstamos concedidos antes de la crisis, y la financiación de viviendas se ha convertido en una de las vías para conseguirlo. Así, hasta el pasado mes de septiembre, el banco aprobó un total de 2.312 nuevas hipotecas en la provincia, lo que supone un significativo incremento del 25% sobre las cifras del año anterior.

En términos monetarios, esto ha supuesto la concesión de un total de 202 millones de euros de nuevo crédito, además, con una característica muy especial: nada menos que un 66% de estos nuevos préstamos son a tipo fijo, lo que permite al banco cobrar unos intereses superiores a los que se aplican a las hipotecas variables.

Lo que también queda claro con los datos que aporta la entidad es el dinamismo del mercado inmobiliario alicantino. La provincia es la segunda con mayor número de nuevas hipotecas aprobadas por el Sabadell, tan sólo por detrás de Barcelona, pero por delante de Madrid o de Valencia.

Más crédito al consumo

Algo similar ocurre con el crédito al consumo, el otro gran motor del negocio financiero en estos momento, donde Alicante también ocupa el segundo lugar en el balance del banco que heredó el negocio de la CAM. En los primeros nueve meses del año, el Sabadell ha formalizado hasta 10.761 operaciones de este tipo, por un importe conjunto de 88,1 millones de euros. Un incremento del 51% sobre las cifras que cosechó el año anterior.

La entidad dio a conocer ayer estas cifras coincidiendo con la presentación de sus resultados trimestrales, que arrojan unos beneficios de 646,9 millones de euros, un 11,6%. De esta forma, el Sabadell es una de los pocos bancos españoles que logra esquivar la caída de beneficios generalizada que vive el sector, algo que debe a la incorporación a su balance del banco británico TSB, que adquirió el año pasado.

También le ha beneficiado la reducción en un 43%, hasta los 1.113 millones, de las provisiones necesarias para cubrir la morosidad, fruto de la disminución de los impagos. En la misma línea, el margen de interés -la diferencia entre lo que le cuesta obtener financiación y el precio al que la ofrece a sus clientes- aumenta un 29%, hasta los 2.890 millones de euros. El banco también consigue acelerar la limpieza de activos problemáticos, que ha reducido en 634 millones durante el pasado trimestre.

Por otra parte, la entidad anunció ayer oficialmente la reorganización de su estructura, que supondrá la marcha del actual director territorial en Alicante, Juan Merino, que pasará a hacerse cargo de la dirección de la red comercial de Valencia y Baleares, un cargo que en el caso de Alicante-Murcia ocupará Miguel Torres. Además, se crean cuatro nuevas direcciones territoriales: Alcoy-Vinalopó, donde estará Ana Ponsoda; Alicante Centro, en manos de Manuel Villalgordo; Elche, que dirigirá José Manuel Sánchez; y Orihuela-Vega Baja, a cargo de Jesús Cifuentes.