La paralización del Gobierno y la incertidumbre política estuvieron muy presentes en todo el XIX Congreso Nacional de la Empresa Familiar, clausurado ayer en A Coruña, y volvió a colarse en el discurso del presidente del Instituto de Empresa Familiar (IEF), Ignacio Osborne, que exigió una mayor simplificación administrativa y fiscal, la mejora de la educación, flexibilidad laboral y mayor inversión en investigación, desarrollo e innovación. Las empresas necesitan una mejora de la formación en España, tanto en la educación genérica como en la específica para la empresa. Osborne recordó la cantidad de años que hace que los empresarios demandan un «plan de educación a largo plazo», pero también llamó a promover la vocación empresarial, una formación ligada a la familia.

El IEF urge además a implantar un sistema fiscal «más sencillo y moderado» y estable en el tiempo para evitar «elevadas tasas de mortalidad» en las crisis. «La elevada complejidad fiscal nos obliga a recurrir a profesionales para estar al tanto de los permanentes cambios», dijo, algo que las pymes no se pueden permitir.

Osborne recordó cómo en España la tasa de paro subió del 8 al 26% en la crisis cuando en el resto de los países de Europa no superó el 12% para exigir un mejor funcionamiento del mercado laboral.

El directivo contrapuso además a Estados Unidos o Reino Unido, que dedican un 60% de las inversiones a I+D+i, mientras en Europa se destina sólo un 40%.