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Los despidos colectivos se disparan un 23% en la provincia pese a la reactivación

Más de 320 trabajadores alicantinos se han visto afectados hasta julio por este tipo de ajustes de plantilla

Los despidos colectivos se disparan un 23% en la provincia pese a la reactivación

¿Por qué sigue habiendo despidos colectivos en un año en que muchos indicadores reflejan síntomas de recuperación económica? En principio, parece poco real cuando en la calle y en el consumo se nota cierta reactivación. Pero las estadísticas de los últimos siete meses revelan que este tipo de recortes de personal en las empresas continúan. En España crecieron un 13% entre enero y julio en relación a un año antes. Y también en Alicante, donde en el mismo periodo 323 trabajadores se vieron afectados por un expediente de despido colectivo, un 23,7% más que los 261 de la misma época del pasado año.

La comparativa con la evolución nacional, sitúa a la provincia muy por encima del aumento medio, a pesar de que en el mercado estatal este tipo de ajustes ha venido de la mano de grandes compañías, de las que Alicante tiene pocas en su censo empresarial.

La pregunta inicial tiene difícil respuesta para los representantes de los trabajadores. Estos vienen advirtiendo de que la herramienta de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), con las nuevas condiciones fijadas en la reforma laboral, ha permitido «reducir costes durante la crisis, eliminando plantilla y salario, pero, ahora, las empresas se mantienen en esta senda del ahorro de gastos», denunciaba Yaissel Sánchez, secretaria territorial de UGT en l'Alacantí-La Marina. Además, tras la larga travesía del desierto que ha supuesto la recesión, los ajustes de personal han provocado «que nos encontremos con un tejido empresarial donde muchas empresas han perdido su capital humano y les deja muy mermadas, poco preparadas para cuando se reactive el mercado», alertaba José María Ruiz Olmos, responsable de comunicación de CC OO en l'Alacantí-Les Marines.

Reducciones de jornada

Además, el número de trabajadores afectados por los recortes en sus compañías aumenta si se suman a los despidos colectivos otras medidas previstas en los ERE, como las suspensiones temporales de contrato, que entre enero y julio se han aplicado a 228 empleados alicantinos, o las reducciones de jornada, que han repercutido a 118 trabajadores de la provincia, según los últimos datos del Ministerio de Empleo. En total, 669 que se han quedado sin empleo o que han visto modificadas sus condiciones de trabajo.

Para la dirigente de UGT, las empresas parecen haber aprendido poco de la «dura experiencia de la crisis y están manteniendo esa mala costumbre de relacionar ahorro de costes con reducción de plantillas y salarios, creyendo que así se gana productividad».

En un primer momento, cuando la compañía hace números puede resultar efectivo, cuestiona la dirigente de UGT. Yaissel Sánchez considera que en, realidad, tomar este tipo de medidas «es desviar la atención. Si creemos que el tema de fondo es la productividad, tenemos que hablar, igualmente, de inversión en nuevas tecnologías, en el capital humano para obtener una alta cualificación y también en salud laboral», subraya.

Porque a lo largo de estos últimos nueve años, los ajustes laborales han conformado un «mercado laboral marcado por la precariedad, tras deshacerse las empresas de personal con muchos derechos, independientemente de cuál fuera su valía», subrayaba Ruiz Olmos, para quien la reactivación es «un espejismo contable».

Porque, en realidad «los ERE para lo que han servido es para dificultar la entrada de las empresas a la recuperación», insiste. Ambos sindicatos destacan que con la mayor flexibilidad que conllevó la reforma laboral, «las empresas han ido a las regulaciones de empleo con mucha alegría», aunque advierten de que últimamente «la Justicia está poniendo coto, aplicando la ley. Varias sentencias judiciales recientes rechazando algunos ERE, lanzan el mensaje de que si lo haces mal, la Justicia te lo va a tumbar», señala el representante de CC OO.. Tanto esta central sindical como UGT discrepan de las voces que, a nivel nacional, achacan este aumento de los despidos al parón político o al temor, tras las elecciones generales, de que se conformara un gobierno de izquierdas que anulara la reforma laboral. Lo atribuyen más a una «práctica» empresarial cuando se quieren reducir costes. Ruiz Olmos también apunta a que a nivel nacional, muchos de los ERE han afectado a las grandes empresas y cita entre ellas, las regulaciones de empleo y ajustes laborales anunciados por el sector bancario.

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