Los cuatro correos electrónicos que remitió el inspector del Banco de España José Antonio Casaus a su superior y que han sido incorporados a la causa «Bankia» que investiga la Audiencia Nacional cuestionan la viabilidad de la entidad nacionalizada por sus «muy graves y crecientes problemas de rentabilidad» y advierten sobre las consecuencias de la salida a Bolsa, que se produjo apenas dos meses después de estas conclusiones.

Se trata de cuatro correspondencias a las que ha tenido acceso Europa Press y que emite Casaus a Pedro Comín, director general adjunto de supervisión del Banco de España, en las que se refiere a la «débil capacidad» de crear recursos del Grupo Bankia y advierte claramente de que la operación bursátil sin llevar a cabo las reformas pertinentes no funcionaría y crearía «quebranto» al contribuyente.

Las notificaciones, correspondientes al 8 y 14 de abril y 10 y 16 de mayo y que habían permanecido ocultas hasta el momento, se adhieren a la causa que instruye el titular del Juzgado de Instrucción Número 4, Fernando Andreu, a petición de la Confederación Intersindical de Crédito (CIC), que ejerce la acusación en la causa que instruye la Audiencia desde 2012.

«Solo es una bombona de oxígeno que permitirá cumplir temporalmente con los nuevos requisitos de solvencia pero que no logrará transformar la estructura de Bankia. Terminará en el medio plazo con la venta a bajo precio del banco cotizado, pues no generará beneficios recurrentes, y con el Estado nacionalizando BFA supondrá un quebranto para los contribuyentes», explica en uno de los correos.

En estos cuatro correos electrónicos, Casaus aconsejaba la salida a bolsa como banco único pero no como banco doble, lo que en su opinión sería «el primer paso para la nacionalización de las pérdidas, algo injusto», según la información a la que ha tenido acceso Efe. Por el contrario, de hacerse como un banco único no hubiera provocado pérdidas ni para los accionistas ni para los contribuyentes, explica, aunque la alternativa preferida era en aquel momento que un banco, «preferiblemente extranjero», se hubiera hecho con la entidad.

La salida a bolsa con un banco doble «es el primer paso para la nacionalización de las pérdidas, algo injusto y contrario» al mandato recibido.

La entidad, según Casaus, mostraba una débil capacidad de generar recursos, y su viabilidad era cuestionable por los «graves y crecientes problemas de rentabilidad, liquidez y solvencia», además de por un gobierno interno «mejorable con unos gestores desalineados entre sí y desacreditados ante el mercado, por su marcado perfil político».

En concreto, menciona la «cuestionable honradez de los gestores, que en 2009 se llevaron un bonus suoerior al que les correspondía», así como «la falta de sintonía entre el presidente y el vicepresidente» y la «debilísima y decreciente capacidad para generar resultados de forma recurrente»