Los presidentes de las tres compañías de la Comunidad Valenciana más importantes de la misión comercial a Cuba -Carlos Bertomeu, de Air Nostrum; Eugenio Calabuig, de Aguas de Valencia, y Adolfo Utor, de Baleària- han expresado su confianza en que el proceso de nueva economía que se abre en la isla permitirá oportunidades de inversión y venta a empresas españolas dados los lazos culturales y sentimentales entre los dos países, reforzados ayer en un encuentro entre agentes económicos de los dos lados del Atlántico. En la misión valenciana que encabeza el presidente Ximo Puig también participa otro gigante de la economía regional, el grupo Boluda, aunque no está representado por su máximo responsable.

Air Nostrum protagonizó la noticia del día al anunciar su presidente, Carlos Bertomeu, que va a plantear a las autoridades cubanas la posibilidad de ofrecer su flota de aviones para la comunicación aérea desde Cuba a Estados Unidos y a otras islas del Caribe. Actualmente, varias aerolíneas estadounidenses vuelan a Cuba, pero ese tráfico no es recíproco porque, según explicó Bertomeu, si aeronaves de la empresa Cubana de Aviación tomaran tierra en Miami u otro aeropuerto del país podrían quedar automáticamente embargadas para ejecutar las sentencias a favor de ciudadanos estadounidenses y cubanos que fueron desposeídos de sus bienes por orden del gobierno de Castro.

«Igual que hacemos con Iberia, nosotros vendemos horas de vuelo con códigos de compañías que tienen los derechos de navegación comenta Bertomeu. Y las cubanas no pueden operar en Estados Unidos para evitar el embargo de bienes. Nosotros tenemos la experiencia y los aviones para operar a escala regional. No es nada fácil. Pero el corto y el medio radio es la distancia ideal, la de Cuba a Miami. El potencial de ese tráfico es enorme. Ya hay 12 compañías en lista de espera, y cuando empiece lo hará con alta frecuencia».

Esta propuesta de Air Nostrum al gobierno de Cuba cuenta con la complicidad de Iberia, según el propio Bertomeu, ya que «Latinoamérica es una zona estratégica para ellos y un socio que le dé capilaridad local no le vendrá mal». De momento, el presidente de la aerolínea valenciana está «explorando» el interés de Cuba por la propuesta, que incluiría aviones CRJ-200 de 50 plazas en un primer momento. Este modelo de avión ya ha sido certificado por la aviación cubana, para la que Air Nostrum ya tiene acreditados talleres de mantenimiento y motores.

En cuanto a la misión comercial, Bertomeu está más que satisfecho. «Gracias a mi integración en la delegación valenciana tengo esta tarde seis reuniones con la parte cubana, que de otro modo me habrían costado seis viajes diferentes. El apoyo institucional a los empresarios es relevante en unos países y menos o casi nada en otros, pero desde luego en Cuba es muy necesario», dijo.

Balearia espera respuesta

Otro importante empresario incorporado a la misión valenciana, Adolfo Utor, espera desde hace un año que las autoridades de La Habana se pronuncien sobre los tres proyectos que presentó para operar con la naviera Baleària entre Cuba y Estados Unidos. «La administración cubana tiene sus tiempos y estamos en pleno proceso de cambio. No hay que ponerse nerviosos. El puerto de Barcelona ha tardado siete años en darme una concesión», declaraba Utor a INFORMACIÓN ayer, en un receso del programa de encuentros de empresarios valencianos con ejecutivos y funcionarios cubanos de sus respectivas áreas de trabajo. Para Utor, el servicio de ferrys entre La Habana y Miami al que aspira, interrumpido desde 1959, «es una cosa muy simbólica y tiene un trámite jurídico complejo. Cuba se abre y es objeto de deseo de todos, desde los chinos a los canadienses. Podemos entender que para los cubanos no sea un proyecto prioritario ahora». De hecho, ni la reanudación del tráfico de ferrys, ni la instauración de un servicio sólo para viajeros, ni tampoco la habilitación de las distintas estaciones marítimas de la bahía de La Habana, los tres proyectos presentados a Cuba por Baleria con una inversión prevista de 35 millones de euros, figuran en la Cartera de Oportunidades publicada por el país con los más de 350 proyectos de inversión prioritaria. «Ese es el problema», dice Utor. «Pero ellos tienen sus plazos».

Eugenio Calabuig, presidente de Aguas de Valencia, es un veterano en operaciones desarrolladas en Cuba. Desde que en el año 1993 su empresa ganó el concurso de diseño de una habitación piloto para el gigantesco hotel Habana Libre y se hizo con la construcción del inmueble, el grupo empresarial desarrolló una intensa actividad en el país, especialmente en la edificación, realizando la cubierta del Museo Nacional de Bellas Artes y numerosas reformas en inmuebles hoteleros de la isla. «Luego dejó de haber actividad y ahora Cuba se abre. Sería una lástima que se desarrollara y nos quedáramos fuera». A la construcción y rehabilitación de hoteles y el abastecimiento de agua, el grupo que preside Calabuig ha sumado en Cuba su interés por colaborar con la nueva actividad de la empresa, gestora del Oceanogràfic. «Nos hemos reunido con responsables del Acuario de La Habana, que tiene también una instalación para turistas en Varadero. Podemos colaborar. Sus instalaciones necesitan reformas y podemos aportar nuestra ayuda» dice Calabuig, quien también subraya «la importancia que la misión encabezada por el presidente Puig tiene para nosotros en Cuba. Gracias a ella hemos podido contactar con gente que de otra manera habríamos tenido más difícil».