Las empresas familiares de la Comunidad Valenciana han sabido aprovechar el impulso de la recuperación económica para mejorar sus cifras y lo han hecho, además, en mayor medida que las del resto del país. Así se desprende, al menos, del V Barómetro de la Empresa Familiar que han elaborado KPMG y las distintas asociaciones vinculadas al Instituto de la Empresa Familiar -entre ellas la alicantina Aefa-, y que recoge que hasta el 84% de las firmas de este tipo de la autonomía consiguieron aumentar su facturación durante el último año, nueve puntos más que la media de las consultadas en toda España.

En la mitad de los casos se trató de un aumento moderado, de hasta un 5% de su volumen de negocio pero dos de cada cinco lograron aumentar sus ingresos por encima del 6%, lo que supone ya una cifra más que significativa. A la hora de señalar el motivo de estos buenos datos, las empresas encuestadas no tienen ninguna duda y el 81% apunta a una recuperación de la demanda.

También tienen claro el destino que darán a estos ingresos adicionales. Tres de cada cuatro empresas familiares de la Comunidad Valenciana tiene previsto realizar alguna nueva inversión a lo largo del próximo año, la mayoría de ellas para potenciar su actividad principal y asegurar la buena marcha del negocio. No obstante, dos de cada cinco firmas tiene previsto invertir en diversificación.

También la internacionalización sigue siendo una prioridad y, de hecho, el 67% de las compañías participantes en el estudio -que agrupa a las mayores empresas familiares de la zona- ya tienen parte de sus mercados en el extranjero. De ellas, el 69% consiguieron elevar sus ventas fuera de España en el mismo periodo, frente a sólo un 19% que sufrió algún revés en este terreno.

Optimistas

Con estos datos no es de extrañar que hasta el 72% de los encuestados se sientan optimistas de cara al próximo año frene a sólo un 12% que cree que les irá peor. En cualquier caso, cabe destacar que, a nivel nacional, este optimismo se ha rebajado algo con respecto al barómetro del año pasado, cuando declaraban tener buenas perspectivas el 79% de los empresarios familiares.

Cuando se les pregunta por los principales desafíos que tienen sobre la mesa, resulta llamativo que los dirigentes de la Comunidad se muestren más preocupados por el aumento de la competencia -que cita un 67%-, que por la incertidumbre política, que menciona el 63%. A mucha distancia se sitúan una posible disminución de la rentabilidad (25% de menciones) y las dificultades por acceder a la financiación (17%). A nivel nacional, sin embargo, sí que es la situación política lo que más preocupa, aunque con un 55% de respuestas.

El único punto débil que arroja el estudio es que la mejora de la facturación de las compañías no se está trasladando con la misma rapidez a la creación de empleo. Así, frente a ese 84% que incrementa su cifra de negocio, sólo un 46% ha aumentado su plantilla frente a un 50% que se ha mostrado conservador y ha optado por mantenerla. La parte positiva es que, al menos, el porcentaje de compañía que sigue destruyendo puestos de trabajo es casi testimonial, de apenas un 4%.

Prioridades y propuestas

De cara al próximo ejercicio, el principal objetivo es continuar con el incremento de facturación (63%) y, en segundo lugar, mejorar la rentabilidad (50%). En cuanto a las mejoras que deberían introducirse en el marco legislativo para favorecer la actividad, un 45% aboga por reducir los impuestos y un 36% apunta a una rebaja de las cotizaciones sociales de sus empleados.