El Reino Unido y la UE deben negociar un acuerdo de libre comercio para evitar que la salida de los británicos del club europeo tenga graves consecuencias para ambas economías. Al menos así lo cree el presidente de la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, Bernd Lange, que ayer propuso utilizar como modelo para este acuerdo el que Bruselas firmará en breve con Canadá, conocido como CETA por su siglas en inglés.

Así lo señaló Lange durante la visita que los miembros de esta comisión de la Eurocámara realizaron en Alicante a la Oficina Europea de la Propiedad Intelectual (EUIPO), en la que estuvo acompañado de los eurodiputados españoles Santiago Filas e Inmaculada Rodríguez-Piñero; la italiana Tiziane Beghin y la sueca Marita Ulvskog.

Bernd Lange recordó que, en el caso de que no se llegue a ningún acuerdo, el Reino Unido pasaría a ser un país extracomunitario más, y sus relaciones con la UE deberían regirse por las normas básicas de la Organización Mundial del Comercio, lo que significaría el restablecimiento de las aduanas y los aranceles para los intercambios de productos entre ambos bloques. Algo que impediría el elevado grado de interrelación que existe en estos momentos entre las economías británica y europea.

Así, el eurodiputado socialista señaló para visualizar su posición que «un coche alemán puede llevar ahora mismo 200 piezas fabricadas en el Reino Unido» y que la existencia de una frontera sin un tratado de libre comercio impedirá este tipo de colaboración. Por eso, «en aras del interés de ambas partes» deberían «establecerse relaciones comerciales que permitan una producción adecuada y que no dañen a los trabajadores» ni en Gran Bretaña ni en el resto de la Unión Europa.

Por eso abogó por un modelo como el CETA canadiense, que supondrá dejar sin aranceles el 98% de los productos que se intercambien entre Canadá y la UE y, además, garantiza el respeto a las denominaciones de origen y toda la normativa sobre propiedad intelectual que existe en Europa y que, por el contrario, ha supuesto el mayor obstáculo para la firma de un acuerdo similar -el TTIP- con los Estados Unidos.

En cualquier caso, el político europeo también quiso calmar los ánimos y recordó que, una vez que Londres decida activar el famoso artículo 50 de los Tratados de la Unión para iniciar el proceso de desconexión, habrá un plazo de dos años en los que el Reino Unido seguirá siendo miembro de pleno derecho de la UE y en los que, por tanto, se podrá negociar el citado acuerdo antes de que el país sea expulsado definitivamente. En el caso de que la primera ministra británica, Theresa May, cumpla su amenaza y lo active en mayo del próximo año, el plazo para llegar a un entendimiento sería hasta el mismo mes de 2019.

Agencia del medicamento

Preguntado por las pretensiones del Ayuntamiento de Alicante de que la ciudad albergue en el futuro la Agencia Europea del Medicamento, que ahora tiene su sede en Londres, Bernd Lange señaló que «de momento, no habrá problema en que sigan en el Reino Unido y no quiso entrar en más detalles.