Italia tendrá que esperar en los planes de expansión de Mercadona, al menos si pretende implantarse a través de la cadena Esselunga, una opción que llegó a estudiarse hace una década. El rey de los supermercados italianos, Bernardo Caprotti, cofundador de la firma de distribución comercial Esselunga, falleció esta semana a los 90 años y en su testamento dejó bien en claro qué futuro quiere para su empresa: si hay que buscar socios, que no sea Mercadona.

Según la agencia Reuters, en los últimos meses, Caprotti había iniciado negociaciones con fondos de capital privado para vender su grupo por hasta 6.000 millones de euros. El candidato más firme, Ahold, es una cadena holandesa que acaba de comprar a su rival, la belga Delhaize. Fuentes de Mercadona aseguraron ayer que la compañía valenciana «no toma posición» respecto a los deseos del fundador de la mercantil italiana. Además, indicaron que la cadena valenciana ha estado durante los últimos años explorando diversos territorios para su expansión internacional en Europa y que, finalmente, se ha optado por Portugal, donde abrirá sus primeras tiendas en 2019.

Esselunga fue creada en 1957, y es la cuarta cadena de supermercados de Italia, que emplea a 22.000 personas y factura 7.300 millones de euros anuales. En el texto precisa las instrucciones para el futuro de la firma: «en caso de que el contexto sombrío de Italia mejore, sería necesario encontrar un socio internacional. Ahold (multinacional holandesa) sería ideal, Mercadona no tanto».