A pesar de que el nivel de actividad de la provincia aún sigue muy alejado de los parámetros que se registraban antes de la crisis económica, la recaudación que la Agencia Tributaria consigue con el cobro del IVA en Alicante ya supera holgadamente a la se obtuvo en el año 2007, antes de que la debacle del ladrillo se lo llevara todo por delante. De hecho, si nada se tuerce, este ejercicio se cerrará con el segundo récord consecutivo de ingresos por este tributo en la provincia, gracias a la recuperación del gasto de las familias, el dispendio que realizan los turistas en la zona y, sobre todo, las subidas de tipos aprobadas en los últimos años, en los que el gravamen general ha pasado del 16% al 21%.

Una buena noticia para las arcas públicas aunque no tanto para las familias, sobre todo las que tienen más problemas para llegar a final de mes ya que, como recuerdan los expertos, el IVA es un impuesto indirecto que se paga por igual, sin discriminación de renta, lo que reduce la progresividad del sistema fiscal.

De esta forma, de acuerdo con los datos oficiales de la Agencia Tributaria, el año pasado se recaudó en la provincia 1.007 millones de euros por este impuesto, lo que ya supuso un récord al superar los 900 millones conseguidos en el año 2007. Pero la cosa no queda ahí. Hasta el pasado mes de agosto la recaudación de este año ya sumaba 789 millones, lo que representa otro incremento adicional del 15,5% sobre las cifras del mismo periodo del ejercicio anterior, que hace pensar en un nuevo máximo para final de año.

«En principio, que suba la recaudación del IVA es algo positivo porque indica que la economía se empieza a recuperar y, en concreto, el consumo, que es el motor principal de la actividad», explica el presidente de la comisión de Fiscal del Colegio de Economistas de Alicante, Antonio Pérez, quien asegura que no es nada casual que los sucesivos gobiernos -primero el de Rodríguez Zapatero y, luego, el de Rajoy- eligieran subir este impuesto frente a otras posibilidades. «Desde el punto de vista recaudatorio es una medida muy efectiva. Aunque al principio puede retraer el consumo, cuando se inicia la recuperación se produce un crecimiento rápido de los ingresos», señala Pérez.

De hecho, este récord de recaudación contrasta con las cifras todavía muy alejadas de las que se registraban en 2007 en el resto de grandes tributos. Por ejemplo, en el caso del Impuesto sobre la Renta, los ingresos del año pasado fueron de 952 millones frente a los 1.325 millones del último año antes de la crisis, un 28% menos. Mayor aún es la diferencia en el Impuesto de Sociedades, el que pagan las empresas en base a sus beneficios, que apenas sumó 393 millones frente a los 1.170 contabilizados en el citado ejercicio. Está por ver qué ocurre tras la decisión de Hacienda de obligar a las grandes compañías a adelantar su pago para cumplir con Bruselas, aunque parece muy poco probable que esto consiga elevar la recaudación al nivel precrisis.

Más barato que en Europa

El economista Francisco Ropero señala que, en realidad, el aumento de tipos del IVA es una política impulsada desde la Comisión Europea en todo el continente y recuerda que hay países que pagan porcentajes aún más elevados que en España. Por ejemplo, Dinamarca, donde existe un único tipo al 25%. Sin embargo, para Ropero esta tendencia es «injusta» ya que consigue elevar los ingresos del Estado pero no discrimina según la renta del contribuyente, lo que resta poder redistributivo al sistema fiscal. «Ricos y pobres abonan el mismo IVA mientras que el IRPF garantiza que paguen más aquellos que más tienen», apunta Ropero.

En cualquier caso esta pérdida de progresividad se hace más evidente si se mira la evolución del peso de cada tributo sobre el total. Así, mientras que en el año 2007 el IVA sólo suponía el 25% de lo que recaudaba Hacienda en la provincia, el año pasado el porcentaje ya ascendió al 39%. Mientras, el peso de los impuestos que pagan las empresas pasó del 32,9% al 15,3%.