La reforma del Impuesto de Sociedades, que eleva los pagos fraccionados que adelantan las grandes empresas, permitirá recaudar 8.300 millones adicionales que servirán para cuadrar las cuentas públicas de este año y lograr el objetivo de déficit público del 4,6% del PIB comprometido con Bruselas. El decreto ley aprobado hoy en Consejo de Ministros implica que las 9.000 empresas que facturan más de 10 millones de euros deberán adelantar a cuenta del impuesto un pago mínimo del 23% de su resultado contable en abril, octubre y diciembre.

El pago mínimo será del 25% del resultado contable para las entidades de crédito y las empresas dedicadas a la exploración de yacimientos de hidrocarburos, que son las que cuentan con un tipo de gravamen incrementado del 30%, frente al tipo general de Sociedades del 25 % establecido con la reforma fiscal.

Según explicó el ministro de Hacienda en funciones, Cristóbal Montoro, la medida se crea con vigencia indefinida y durará al menos hasta que el déficit público se sitúe por debajo del 3% del PIB, lo que podría ocurrir en 2018, año para el que el Gobierno prevé un déficit del 2,2% del PIB.

El objetivo, afirmó, es mantener una recaudación del Impuesto de Sociedades de en torno a 20.000 o 21.000 millones al cierre de 2016.