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Alicante «suspende» en empleos

Son más los alicantinos contratados fuera que los emigrantes de otras zonas de España empleados en «la terreta»

Alicante perdió con la crisis la categoría de receptora de mano de obra, en vez de emisora, y todavía sigue manteniendo esta situación. hÉCTOR FUENTES

El mercado laboral provincial mantiene aún «tics» de los años más duros de la crisis. Todavía no es capaz de absorber toda la demanda de empleo, pese a que en los últimos meses hay algunos indicios de recuperación económica: más matriculaciones de vehículos, más trabajo en la construcción, más turistas y cifras récord de ocupación hotelera, más compra de viviendas...

En enero fueron 7.249 los alicantinos empleados en otros territorios nacionales (fundamentalmente en áreas cercanas como Murcia o Valencia, aunque también Madrid), mientras que los foráneos que firmaron un contrato en Alicante fueron 5.037. El saldo es negativo para la provincia en 2.212 contrataciones, según los últimos datos del Ministerio de Empleo. Y al cierre del pasado año, igualmente, el saldo era negativo en 20.002 contratos. Los sindicatos temen que Alicante deje de ser la tradicional zona de receptora de trabajadores a emisora, «una situación -esta última- que viene manteniéndose desde casi 2006», según subrayaba Yaissel Sánchez, responsable de Empleo de UGT-La Marina.

Este saldo negativo es idéntico al de hace dos años por los 4.222 empleados de fuera y los 6.434 alicantinos que salieron a otras zonas con un puesto de trabajo en el bolsillo. Sin embargo, es superior a los de 2011 -uno de los ejercicios más duros de la crisis- y 2012. Hace cinco años la diferencia entre empleados de fuera y locales trabajando en otras zonas era negativa para Alicante en 1.952 contrataciones, mientras que en 2012 bajó a 1.746. Ahora el déficit está en 2.212.

Un mercado laboral tradicionalmente marcado por la actividad del sector servicios, así como los cambios asumidos por el demandante de empleo en un periodo de recesivo, como la movilidad geográfica laboral, se encontrarían entre las causas de que Alicante permanezca en la categoría de provincia emisora de trabajadores, pese a los síntomas de reactivación económica.

En febrero último seguían siendo camareros, peones agrícolas o de las industrias manufactureras, así como personal de limpieza o vendedores en tiendas o almacenes, las ocupaciones más contratadas en la Comunidad, según el Servicio Valenciano de Empleo y Formación (Servef). Una situación extensible a la provincia, si se tiene en cuenta que de los 41.814 contratos realizados en el segundo mes de este año, en el 30,2% de los casos la función principal eran ocupaciones elementales y en el 29,3% se empleó a trabajadores para los servicios de restauración, personales, protección y vendedores. Apenas un 0,21% de contrataciones fueron para directores o gerentes de empresas y un 4,5% para técnicos y profesionales científicos.

A nivel autonómico, el perfil de los trabajadores que entran y salen de la autonomía revela que «los empleados que llegan, en comparación con los que salen y se quedan, consiguen menos contratos indefinidos», según un estudio de movilidad geográfica de 2015 elaborado por el Servef y al que ha tenido acceso este periódico. «El colectivo con mayor porcentaje de trabajos técnicos es el de los trabajadores que salen de la Comunidad», se apunta.

La cualificación profesional está siendo un hándicap para muchos estudiantes recién salidos de las universidades o para los desempleados que durante la crisis han apostado por aumentar su formación ante el páramo laboral que suponía el mercado de trabajo provincial. «Para las personas que tienen más cualificación hay mayores oportunidades de trabajo fuera, dado que la Comunidad, y especialmente, Alicante es un territorio con un importante peso específico de la actividad de servicios, donde el trabajo de alta cualificación es más difícil de conseguir», apuntaba Víctor Tatay, responsable de la empresa de trabajo temporal Adecco en la Comunidad, Murcia y Albacete. Una apreciación que compartían Yaissel Sánchez, de UGT, y José María Ruiz Olmos, responsable de comunicación de CC OO en l`Alacantí-Les Marines. Caso contrario ocurre en las zonas donde hay una mayor implantación de la gran industria, «sector que genera un empleo más estable», añadía Tatay. Según los datos de Adecco, pese a que en la Comunidad «se está empezando a crear empleo de mayor valor, todavía sólo el 30% de los puestos de trabajo que se generan son cualificados». Un porcentaje «aún pequeño» que nos sitúa en la séptima posición en el ránking de autonomías de empleo especializado, «cuando en otros indicadores económicos nos encontramos en puestos más elevados, en la cuarta o quinta posición», advertía el director de Adecco.

Los sindicatos han reclamado en los años más duros de la coyuntura económica que se propiciara un cambio de modelo. Para alcanzar «un mercado productivo que no esté estancado, que no viva de la estacionalidad y de la precariedad. Lo que hace falta es actividad productiva a medio y largo plazo, lo que en Alicante no es muy frecuente», denunciaba Ruiz Olmos. Y un escenario con «poca calidad en la contratación ofertada, favorece la disposición de las personas a la movilidad geográfica, a aceptar ofertas de fuera de Alicante», añadía el representante de CC OO. Porque en muchos casos «están cualificadas y disponibles (desempleadas)», pero no encuentran en la provincia un puesto de trabajo. Un largo periodo sin empleo «condiciona y se aferra a ofertas, aunque sean de inferior especialización y supongan dejar el domicilio habitual», subrayaba Ruiz Olmos.

Para los alicantinos, el destino natural para encontrar un empleo suelen ser las provincias limítrofes. El estudio del Servef de 2015 -que se basa en los datos de las oficinas de empleo del SEPE, los servicios de trabajo autonómicos como el Servef y el Instituto Social de la Marina- revela que en Murcia se realizaron el pasado año 36.549 contratos a alicantinos; Valencia empleó a 19.433 y Madrid, a 11.781. Y la relación es recíproca en términos de movilidad laboral. En Alicante se contrató a 27.122 murcianos, a 17.035 valencianos y a 4.827 madrileños.

Según concluye el informe, las comarcas que más trabajadores de fuera de la Comunidad recibieron fueron Valencia, la Vega Baja y l'Alacantí. Además, cita entre las de mayor movilidad geográfica a El Comtat; y entre las de mayor tasa exportadora de mano de obra, la Vega Baja. Por contra, entre las de movilidad laboral más baja cita a l'Alcoià, el Alto, Medio y Bajo Vinalopó; las Marinas y l'Alacantì. Por otra parte, la provincia es la que más áreas de influencia tiene en cuanto a flujo laboral en la Comunidad: Alcoy; Alicante; Benidorm; Calp; Dénia; Elche, Elda-Petrer; Xàbia; Orihuela y Torrevieja,

Murcia es el verdadero polo de atracción laboral de la Comunidad, según el estudio del Servef. Sólo en 2015, 47.700 valencianos consiguieron un contrato laboral en la autonomía vecina. Otros importantes núcleos económicos españoles no se acercan ni de lejos a esas cifras. En Madrid obtuvieron un empleo el pasado año 31.362 trabajadores de la Comunidad, 17.404 en Barcelona, 8.707 en Baleares y 8.312 en Tarragona.

Por su parte, la autonomía recibió a más de 37.000 murcianos que encontraron un puesto de trabajo en 2015, 12.528 madrileños y más de 10.000 residentes en la provincia de Barcelona. Casi 10.000 vecinos de Albacete y 5.633 vecinos de la provincia de Zaragoza consiguieron un empleo en alguna de las comarcas valencianas. La Comunidad y las tres provincias son exportadoras de mano de obra. En 2015, 178.455 valencianos consiguieron un empleo fuera de la autonomía, mientras 144.446 inmigrantes lograron trabajo en empresas y administraciones valencianas. Uno de cada 100 contratos de residentes en la autonomía se realizan fuera de ella, mientras que sólo el 8,7% de los que se firman en la autonomía son de personas residentes en ella.

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