El empresario inmobiliario Joaquín Rivero Valcarce falleció este domingo a los 72 años de edad a consecuencia de «una enfermedad neuronal de rápida evolución», según informaron en fuentes próximas al empresario. Natural de Jérez de la Frontera (Cádiz), acumulaba una dilatada trayectoria en el sector inmobiliario, en el que llegó a controlar y presidir las inmobiliarias Bami y Metrovacesa, con cuya fusión en 2005 constituyó la que entonces fue primera inmobiliaria española y una de las mayores de Europa.

La trayectoria profesional de Rivero está marcada por protagonizar una de las mayores «guerras de OPA's» del panorama empresarial español de los últimos años. En el año 2006, en pleno «boom» del sector inmobiliario, mantuvo durante casi un año una intensa pugna con la familia de promotores catalanes Sanahuja por el control de la inmobiliaria Metrovacesa. La lucha concluyó a mediados de 2007 con un acuerdo salomónico para dividir los activos de la entonces Metrovacesa en dos partes. Rivero refundó Bami con los negocios que le correspondieron de la inmobiliaria, una firma que finalmente acabó en liquidación como consecuencia de la crisis y el estallido de la burbuja inmobiliaria que sobrevino en los años posteriores.

Joaquín Rivero Valcarce inició su trayectoria profesional en la empresa familiar, si bien a los 23 años de edad ya constituyó una empresa fabricante de materiales de construcción y una constructora. En 1983 se pasó a la promoción y en 1997 entró en la inmobiliaria Bami al comprar la participación que el entonces Banco Central Hispano tenía en la compañía. A través de esta firma inició una expansión feroz a golpe de OPA, que lo llevó a convertirse en uno de los reyes del ladrillo español. Fue en 2002 cuando adquirió el 23,9% de Metrovacesa, entonces en manos del BBVA, compañía que acabó fusionando con Bami, hasta su división.