Malas noticias para la economía alicantina. El sector exportador, que se había convertido en uno de los motores de la recuperación, empieza a dar síntomas de debilidad. Por primera vez en casi dos años, las ventas de la provincia al exterior se redujeron durante el pasado mes de marzo -más de un 6%- lastradas por los malos datos del calzado, que suma su segundo mes consecutivo a la baja, de acuerdo con los datos que acaba de publicar el Instituto de Comercio Exterior.

En concreto, los envíos de los industriales alicantinos a otros países se quedaron durante el pasado mes de marzo en 453 millones de euros, una cifra significativa pero bastante alejada de los 483 millones que consiguieron en el mismo periodo de 2015. Un descenso del 6,2% que contrasta con el aumento que se registró en el resto de la Comunidad Valenciana -las exportaciones de Valencia subieron un 9,3% y las de Castellón un 4,9%- y que también es superior a la caída registrada en el conjunto del país, ya que las ventas al exterior descendieron sólo un 3,3%.

El principal responsable de este descenso es el sector del calzado, que agudiza la tendencia a la baja que ya experimentó en el mes de febrero. Así, frente a los 151 millones que lograron facturar en marzo del año pasado, en 2016 los fabricantes del Vinalopó sólo lograron ingresar 120 millones en esta ocasión, un 20,5% menos.

Ante estas cifras, de nada sirvió que el sector agroalimentario esté logrando reponerse de las consecuencias del veto ruso, que lastraron sus ventas en ejercicios anteriores, ni tampoco la mejora experimentada por el sector del mármol, el del mueble o el del plástico.

Con este retroceso, que no se producía en el comercio exterior alicantino desde abril de 2014, los datos de las exportaciones acumuladas desde principios de año se sitúan en 1.340 millones de euros, apenas un 0,6% más que en el primer trimestre de 2015.