Nadie, excepto quienes no han vuelto a ver el dinero que en su día invirtieron en cuotas participativas de la CAM, está por la labor de que continúe abierta la causa que se inició para investigar si se cometió una estafa con la venta de estos valores, un producto similar a las acciones pero sin derechos políticos (al voto) cuya emisión estaba limitada a la cajas y que, por lo tanto, se quedaron en el limbo en el traspaso del negocio financiero de la CAM al Sabadell.
Al apoyo del fiscal a la decisión de la magistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela de archivar la instrucción que se abrió hace casi cinco años por la emisión y venta de estos títulos se suma ahora la del Banco Sabadell, quien junto a la Fundación CAM se encuentra en el procedimiento como responsable civil subsidiario. Una situación que, en caso de condena, obligaría a ambos (o a quien se acordara en sentencia) a reparar el daño económico causado a los cuotapartícipes.
En respuesta al recurso de apelación que contra el cierre de esta causa ha interpuesto Adicae, la representación procesal del Sabadell ha presentado un escrito en el que mantiene que la mayoría de los que compraron este producto complejo eran inversores que sabían lo que hacían y no pequeños ahorradores a los que, según vienen manteniendo los afectados, se les engañó vendiéndoles algo de lo que desconocían su alcance real, como que podían perder todo lo invertido, que es lo que ha ocurrido al amortizarse las cuotas a cero euros tras la intervención de la caja por el Banco de España y su venta por un euro al Sabadell.
El banco catalán considera «impertinente e innecesario» el listado que la acusación particular reclama que se elabore para conocer el perfil del comprador de cuotas. Una diligencia que la juez dejó sin efecto tras no abonar ninguna de las partes los 10.000 euros que se pedían como provisión de fondos para realizar el muestreo y con la que los damnificados quieren demostrar que se les engañó ya que en realidad no sabían lo que estaban comprando.
El Sabadell mantiene que basta con analizar el listado de inversores que obra en la pieza principal de las abiertas por la gestión de la CAM (la que investiga el supuesto falseo de las cuentas) para comprobar que «una gran parte, que suponen una amplísima mayoría de la operativa suscrita, son entidades que operan de manera diaria en el mercado financiero: Barclays Capital Securities, Merril Lynch International Limited, Deustche Bank, Morgan Stanley and Co o Goldman Sachas, obviamente con amplios conocimientos de los productos que adquieren, no personas jubiladas o de escaso conocimiento bancario, como interesadamente se afirma lo contrario». Y apostilla que «resultaría contrario a derecho iniciar, tras cinco años de instrucción, una investigación puramente prospectiva para ver si el recurrente puede, por fin, encontrar un inversor cuyo perfil se adapte a las necesidades procesales».
«Poca credibilidad»
En esta misma línea y en otro punto de su escrito, el Sabadell añade que «ni al más cándido se le puede escapar que un lustro después de incoarse esta causa, y tras una inmensa información, poca credibilidad podría otorgarse al testimonio de determinadas personas elegidas precisamente por su perfil y que habrían que deponer (declarar) sobre unos hechos ocurridos casi 9 años antes y respecto de los cuales puede tener un interés económico directo».
En respuesta al mismo recurso de Adicae, la Fundación CAM insiste en que no se ha detectado «ningún vicio de relevancia penal» ni en la emisión ni en la comercialización de las polémicas cuotas en las que confiaron más de 50.000 clientes de la caja de ahorros.
