El turismo de la Comunidad Valenciana y muy especialmente el de la Costa Blanca, que está cerrando una temporada de récord coronada con datos como el registro histórico vivido en agosto en el aeropuerto de El Altet, se enfrenta a un nuevo quebradero de cabeza. Su principal mercado emisor de turistas, el británico, puede tener que pagar una tasa de entrada de unos 12,5 euros a partir del «Brexit».

La Unión Europea está preparando un nuevo sistema de autorización e información de viaje, conocido como Etias, como respuesta a la necesidad de mejorar la seguridad tras la oleada de atentados terroristas en Francia o Bélgica. Y el modelo en que se está basando Bruselas, según citaba este fin de semana el diario The Guardian, es el que aplica Estados Unidos para los países que no requieren visado para hacer turismo. ¿Qué significa esto? Que cualquier viajero de fuera de la zona schengen de libre circulación europea (y eso incluirá a los británicos tras el «Brexit») tendrá que rellenar un formulario on line y pagar una tasa de entrada, que en el caso de Estados Unidos es de 14 dólares, unos 12,5 euros.

Hasta el momento, como europeos aunque no integrados en la zona schengen, los británicos deben mostrar un pasaporte para entrar en países como España, pero luego ya gozan de libertad de movimiento. Los nuevos planes de la CE para reforzar la seguridad europea, que se esperan para finales de este año, se solapan además con el proceso del «Brexit». Londres y Bruselas deben iniciar próximamente las condiciones que regularán las relaciones entre ambos territorios.

«Toda barrera es mala»

Estos planes, que todavía no son definitivos, inquietan y mucho en el sector turístico, que se ha convertido en un pilar maestro de la economía de la Comunidad y vive momentos de gran crecimiento, gracias también a la inestabilidad geopolítica de otros destinos competidores. Toni Mayor, presidente de la patronal hotelera de Benidorm (Hosbec), lamenta: «Es más la imagen que la cantidad. Pero todo lo que sea poner barreras a la libre circulación es malo. Vamos a estar atentos. No es bueno pero en todo caso tendría efecto cuando se formalice la marcha de Europa», apunta Mayor, que invita a mantener la calma.

En opinión del dirigente empresarial, en estos momentos Europa vive una «situación tacticista», en la que tanto la Unión Europea como determinados intereses británicos están «estirando la cuerda» para tratar de revertir el resultado de referéndum de salida y en favor de la permanencia.

Con todo, el sector turístico está en pie de guerra contra el establecimiento de cualquier tasa que grave el turismo, como ya ha quedado patente cuando se ha planeado un gravamen autonómico en la Comunidad, de apenas un euro al día como la que aplican otras autonomías.

1,2 millones de turistas en 6 meses

«No me acabo de creer que la UE sea tan torpe de hacer esto. Nos interesa que el divorcio que acabe bien. Es poner una barrera por ser nacional de otro país», opina Luis Martí, copresidente de la Confederación de Empresarios Turísticos de la Comunidad Valenciana. Pese a todas las precauciones sobre este asunto, lo cierto es que puede afectar a un importante motor de la economía valenciana. En los seis primeros meses del año, el turismo británico se ha disparado en la Comunidad Valenciana hasta un 23%, alcanzando más de 1,2 millones solo en medio año.

Para contextualizar esa cifra, supone más del doble que el segundo grupo de turistas extranjeros, el francés. Alicante, concretamente la Costa Blanca, acapara la mayoría de turistas. Según datos del aeropuerto de El Altet, el acumulado hasta agosto de pasajeros con destino u origen en Reino Unido es de 3,5 millones de viajeros.

También Valencia acumula datos considerables de turismo británico, siendo el cuarto emisor. Y ahora Castellón, con las líneas a Bristol y Londres desde el nuevo aeropuerto, ha elevado un 60% la afluencia de este público.