La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha defendido las estaciones de servicio desatendidas, conocidas también como «fantasmas» por la ausencia de personal en la instalación o «low cost» por sus bajos precios, al considerar que su implantación «aumenta la competencia efectiva en el mercado y presiona a la baja los precios de los carburantes, aumentando con ello el bienestar de los consumidores finales». En un informe sobre la regulación del mercado de distribución de carburantes de automoción a través de este tipo de estaciones de servicio, el «superregulador» rompe así una lanza a favor de estas gasolineras, que han sido prohibidas o prevén que sean reguladas en comunidades autónomas como Madrid, Navarra, Asturias, Baleares, Andalucía, Castilla-La Mancha, Aragón, Murcia o la Comunidad Valenciana.

En este último caso, el Consell cambió la normativa el pasado 19 de junio para exigir que todas las gasolineras cuenten con al menos un trabajador en horario diurno, de 6 a 22 horas, para garantizar la seguridad.