La rebaja fiscal que comenzó a aplicarse en 2015 provocó que los ingresos tributarios de ese año, en el que el déficit público se desbocó hasta el 5% desde el 4,2% del PIB comprometido, se quedarán cortos en 4.100 millones respecto a lo presupuestado, de acuerdo con el Informe Anual de Recaudación Tributaria de 2015.

Esta cifra coincide con los alrededor de 4.000 millones de recorte presupuestario en forma de acuerdos de no disponibilidad de créditos en el Estado y las comunidades autónomas, que el Gobierno ofreció a Bruselas nada más conoce la desviación del déficit público. La Agencia Tributaria (AEAT) no esconde en el informe que la causa de este desfase en los ingresos fue la reforma fiscal. Recalca primero que «el entorno económico fue más favorable de lo contemplado en las previsiones que acompañaron los presupuestos para 2015». Así, el PIB creció un 3,2%, cuando la previsión era del 2%.

Sin embargo, el Gobierno decidió adelantar al mes de julio la rebaja del IRPF que debía entrar en vigor en enero de este año, junto con ciertos cambios en el Impuesto de Sociedades. Este cambio tuvo un impacto de 1.078 millones de euros no previsto en los presupuestos, según el informe, que añade que las devoluciones correspondientes al céntimo sanitario, que comenzaron a finales de 2014, tampoco se habían contemplado en el Presupuesto. Por último, la AEAT alega que los cambios introducidos en la gestión del IVA de importación no tuvieron un efecto global en la recaudación, pero implicaron un traslado de ingresos de 2015 a 2016.

Tras este «mea culpa», la AEAT cuantifica la magnitud del desfase por impuestos y destaca el agujero de 2.928 millones de euros generado en los ingresos del Impuesto de Sociedades por la rebaja de tipos. En el caso del IRPF, la desviación fue de 611 millones y en el impiesto sobre Hidrocarburos, fue de 912 millones.