La agencia Fitch ha decidido mantener el "aprobado alto" o "BBB+" con el que califica la solvencia de España por la "fuerte" recuperación de la economía y la mejora de su sistema financiero, entre otras razones.

Además, la perspectiva sobre el "rating" de España es estable, aunque Fitch no ignora el elevado desempleo, los niveles de deuda, el deterioro fiscal y la incertidumbre política.

En un comunicado la agencia de calificación destaca que el déficit de las administraciones públicas en 2015 ha sido mayor de lo esperado y "muy por encima" del objetivo del 4,2 % previsto.

Fitch pronostica que el déficit será superior al 4,3 % del PIB en 2016 y al 3,5 % en 2017, al tiempo que la deuda pública aumentará por encima del 100 % del PIB este año y caerá sólo de forma gradual en el medio plazo para situarse en el 95 % en 2024.

La agencia de calificación incide en que la repetición de las elecciones generales tampoco ha aclarado el futuro político del país, si bien elogia que el nuevo Gobierno no parece que vaya a depender de elementos políticos "más radicales".

Este aspecto tranquiliza a Fitch porque considera que se disipa su temor a una reversión de las reformas estructurales anteriores o una mayor relajación del presupuesto.

Añade que las tensiones entre el Gobierno central y el catalán han "disminuido un poco" y considera que "la independencia total" de Cataluña no es posible en virtud de la Constitución española.

Al final, Fitch considera que habrá un acuerdo entre Madrid y Barcelona sobre la reforma regional y una mayor autonomía para Cataluña dentro de España.