Los diferentes criterios sobre el papel y el grado de autonomía de las organizaciones provinciales en la futura estructura de la patronal autonómica Cierval refundada es la principal arista del proyecto en que han decidido embarcarse las entidades empresariales. Pero la más que delicada situación económica que atraviesan y los plazos de tiempo -la alicantina Coepa se encuentra en concurso de acreedores y Cierval, que cerró el pasado año con pérdidas, considera un plazo límite para pactar el 31 de octubre-, les han obligado superar las reticencias, impulsar la iniciativa y sentarse a hablar para iniciar el borrador de estatutos que refleje la reforma de la organización autonómica.
Un primer paso hacia adelante por ambas partes se dio el 22 de junio en el comité de la autonómica, en la que Coepa, con su abstención, permitió que no se tumbara la aprobación de las cuentas de Cierval. La tensión se rebajó, también porque la autonómica asumió descartar su idea inicial de que Castellón y Alicante fueran una suerte de delegaciones. En el proyecto, Valencia y Cierval pasarían a fusionarse, al estar radicadas en Valencia, evitando así la duplicidad de estructuras.
Y el pasado viernes, avanzaron un poco más. Hablaron en Dénia -a mitad de camino entre valencia y Alicante- el presidente de Cierval, José Vicente González, el de Coepa, Francisco Gómez, y el de la CEV (Valencia), Salvador Navarro. En la reunión se trabajó sobre la propuesta de mínimos presentada por González en el último comité ejecutivo. Los aspectos en que todas las partes coinciden es en que la organización autonómica «tiene que tener una estructura reducida», aunque tiene que ser «fuerte, independiente y vertebradora» además de funcionar con presupuestos acordes con las necesidades y los tiempos, ha subrayado en varias ocasiones Francisco Gómez.
Las cuotas
En este cónclave a tres bandas -el primero formal en varios meses- se decidió iniciar la redacción de un borrador de estatutos. En éstos se deberían fijar, entre otros aspectos, las cuotas a pagar por las organizaciones, así como el papel y peso de las mismas en el engranaje, sobre todo las de Alicante y Castellón, las más lejanas territorialmente del centro que supone Valencia y, asimismo, las que sufren en estos momentos una peor situación económica.
El empresariado alicantino apuesta por una patronal «vertebradora», pero insiste en que la provincia, en este caso, «tiene que tener personalidad y ser independiente, dentro del paraguas de la reformada organización empresarial autonómica», apuntan. Porque insisten en que «las decisiones que afecten a Alicante no tienen que tomarse desde Valencia». De ahí que apuesten por su autonomía dentro de un necesario engranaje autonómico, en el que las patronales de Castellón y Alicante tendrían las vicepresidencias, de acuerdo con el esbozo de proyecto lanzado por José Vicente González en el último comité.
Desde ahora y hasta el 31 de octubre, los actores participantes en la reforma son conscientes de que «tenemos que trabajar intensamente para elaborar unos estatutos que satisfagan a todas las partes», incidía recientemente el responsable de Coepa.
Septiembre, mes clave
El mes de septiembre se presenta clave en este objetivo. Y dos de esas partes -Alicante y Cierval- estarían «obligadas» a entenderse. Por una parte, la autonómica sería determinante en el caso de lograr un convenio que evitara la liquidación de la patronal alicantina por el papel de principal acreedor que tiene la organización radicada en Valencia, a quien Coepa adeuda más de 400.000 euros en cuotas. Y, por otra parte, la institución que dirige González, que tiene pendiente de celebrar su asamblea general anual, necesita los votos de la institución alicantina para una reforma de los estatutos.
Paralelamente, septiembre y octubre también serán dos meses decisivos para saber si Coepa puede superar el concurso de acreedores o va a la liquidación, lo que supondría, igualmente, su refundación.
