Los empresarios alicantinos quieren que la Generalitat se aplique su propia receta y que, de la misma forma que exige al Estado una financiación justa para la Comunidad Valenciana, también acabe con la discriminación que, a su juicio, sufre la provincia en los presupuestos autonómicos. Además, tampoco están de acuerdo con reforzar la organización comarcal de la Comunidad, si eso supone debilitar las estructuras provinciales. Ésas fueron las principales críticas que tuvieron que escuchar ayer los consellers de Hacienda, Vicent Soler, de Economía, Rafa Climent, y de Transparencia, Manuel Alcaraz, durante el encuentro de casi cinco horas que mantuvieron con los miembros de la Comisión de Patronos de la Cámara de Comercio, en la que participaron los representantes de varias de las mayores empresas alicantinas.
Unos reproches que, eso sí, no fueron unánimes ya que los consellers también recibieron algún apoyo muy significativo, como el del presidente de Baleària, Adolfo Utor, que pidió a los presentes superar el discurso del agravio comparativo con Valencia e ir todos a una en las reivindicaciones empresariales. En cualquier caso, la presencia de hasta tres miembros del Gobierno autonómico en el evento dejó claro el interés de la Generalitat por acercarse a las compañías y las organizaciones económicas alicantinas, con las que el bipartito no ha mantenido una relación muy fluida desde su llegada al poder -especialmente, con Coepa-, a pesar de lo que ayer insistieron en afirmar los tres consellers.
Precisamente fueron el presidente de la citada patronal, Francisco Gómez, y el de Cepyme, Cristóbal Navarro, quienes se mostraron más críticos con la actitud del Consell hacia la provincia. Navarro, que fue el primero en hablar y que se marchó sin escuchar las réplicas porque tenía que coger un avión, lamentó lo que considera «intentos desde Valencia de descabezar las provincias» y rechazó la comarcalización de la autonomía. Pero, sobre todo, el representante de las pymes censuró la falta de equilibrio de las inversiones del Consell ya que, según afirmó, Valencia recibe nueve euros por cada euro que llega a Alicante -una proporción que negó inmediatamente el titular de Hacienda- y reclamó una fórmula presupuestaria que garantice un mínimo de inversión por habitante.
Por su parte, Gómez se sumó a estas críticas y añadió lo que calificó como «falta de atención» del Gobierno valenciano a los empresarios alicantinos y, más concretamente, a la patronal que los representa, Coepa, que se encuentra en concurso de acreedores. En este sentido, recordó que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, aún no ha respondido a la petición para reunirse que le envió en el mes de abril y que la mayoría de encuentros que ha tenido con los representantes del Consell han sido casi siempre en eventos y actos sociales sin carácter de encuentro oficial. «Parece ser que a los muertos no se les atiende», llegó a afirmar Gómez, visiblemente molesto, quien siempre se ha quejado de la falta de colaboración del Instituto Valenciano de Finanzas para solucionar el problema del centro de oficios, cuya hipoteca es lo que ha provocado la ruina de la patronal.
En un tono mucho más amable, también el gerente de Tescoma, Carlos Baño, insistió en la idea de que desde Valencia deben trabajar más para que Alicante se sienta cómodo en la Comunidad. Y el propio presidente en funciones de la Cámara de Comercio, Juan Riera, que se estrenaba en un acto oficial, reivindicó el peso que debe tener la provincia dentro de la autonomía.
Frente a estas críticas, los consellers insistieron una y otra vez en que el verdadero problema, el que provoca que no se ejecuten nuevas inversiones, es la infrafinanciación de la Comunidad Valenciana. Por eso, destacaron la necesidad de que todo el empresariado de la autonomía esté cohesionado, para tener más fuerza a la hora de exigir a Madrid la llegada de más recursos.
Sin disputas territoriales
Al respecto, el más explícito fue titular de Transparencia, Manuel Alcaraz, quien señaló que, si cada provincia reivindica por su cuenta, no habrá más inversiones para ninguna de ellas. Es más, ya antes del acto y preguntado por los periodistas sobre las disputas entre Coepa y la patronal autonómica Cierval, Alcaraz había lanzado un aviso a navegantes al afirmar que, «quien quiera jugar a crear enfrentamientos dentro de la Comunidad, no encontrará la complicidad del Gobierno valenciano, porque sería una irresponsabilidad». Una advertencia que luego reiteró durante el encuentro con los empresarios.
No obstante, tanto Soler, como Alcaraz, como Climent reiteraron la necesidad de que Alicante mantenga una patronal fuerte, que represente a todos los empresarios de la provincia. A pesar de las críticas, desde el Ejecutivo autonómico se mostraron ayer muy satisfechos con el encuentro, ya que consideran que han abierto una importante vía de colaboración con el empresariado alicantino, que confían en mantener.
